viernes, 30 de mayo de 2008

LA NOVA 74 / Julio Bolívar desde Barquisimeto

La tarde barquisimetana transcurre lenta y calurosa. Agobia. Ayer la lluvia cayó sobre la ciudad como un cántaro. Hoy se evapora y el calor viene en dos direcciones y nos hace transpirar como en un baño turco. Sedientos buscamos bebederos cercanos. Tengo una reunión a las cuatro de la tarde. Mi interlocutor es un abstemio y no puedo invitarlo al Cuatro del Tiuna. Nada, la Nova 74 es mi salvación.


Lugar clásico de la ciudad La Nova 74 se ha convertido con el tiempo en el espacio para el intercambio entre el paso del supermercado o cambiar un cheque, alguna diligencia personal, o una cita médica, la compra de un disco que andabas buscando desde hace tiempo, o recoger unos exámenes de laboratorio, escuchar algo de música en las barritas al lado del desteñido Graffiti, ya desaparecidas, o revelar unos rollos de fotos de la última fiesta familiar.

Parada obligada, La Nova está en el cruce inevitable del Centro Comercial Los Leones de
Barquisimeto. Hace esquina y se toma un buen pedazo del transito de los parroquianos. Al frente tiene un banco y un quiosco de periódico. Los dueños hicieron unas jardineras para que las mesas no invadieran el pasillo central; La Nova fue, lo que en una época llamamos una fuente de soda, pero siempre fue también el lugar en donde se podía tomar una excelente copa de tequila al lado de una familia que se reunía los sábados a cenar o almorzar; también es una heladería. En las mañanas se pueden comer las mejores empanadas del este, abundantes, generosas, junto con el café y cualquier batido de frutas.



Si por casualidad estas un sábado a las once de la mañana , mientras lees la prensa te puedes
encontrar a una de nuestras leyendas del béisbol compartiendo con sus amigos y preparándose para la larga faena escocesa del día, se trata de nada más ni nada menos que de Don Luís Aparicio, parroquiano fijo de este lugar. En este tradicional espacio se reúnen también poetas de bajo perfil como Julio César Blanco Rossito, María Auxiliadora Chirinos, Reinaldo Chaviel, Pedro Guédez entre otros escritores como el historiador Reinaldo Rojas, o el novelista Juan Páez Ávila; médicos famosos como el neumonólogo Federico Arteta, cuentacuentos como Mau Ceballos y el pintor abstracto Esteban Castillo, o la entusiasta arquitecto Carmen Tanassi y Gustavo Sánchez de la UCV, además del recordado profesor Guillen que dio clases en el caraqueño liceo Santiago de León de la Floresta.



Con el tiempo los amigos dueños de la librería El Clip, anexa a la Nova, le ha dado por darle vida a las tardes de los viernes y presentan libros; hoy por ejemplo presentaban un libro sobre la vida de Rómulo Betancourt, pero recuerdo que hace una semanas atrás, venía del mercado y vi al filósofo venezolano José Manuel Briceño Guerrero firmando libros. Una verdadera y loable rareza por estos días en una ciudad tan acrimoniosa como Barquisimeto, así solía llamar el trato que los barquisimetanos le dan a los forasteros el inteligente periodista que fue Julio Pérez Rojas.



Ya son las seis y apenas he tomado una aséptica limonada frappé y un café negro. Mis interlocutores pidieron lo mismo mientras seducidos por el amor por los libros nuestra conversación discurrió sobre un par de proyectos editoriales a los que les deseamos buen puerto.



Manuel, dice llamarse uno de los dueños del lugar, un catire portugués, tostado y parco que desde la caja fuma sin piedad alguna. No recuerdo otros rostros en el guión de las mesas que los de Pedro Mayora y Jorge Sierra, los verdaderos jefes del lugar. Los otros mesoneros sobreviven y son amables, la rotación es alta.



Mayora es de la Guaira, un negro con paciencia, que se da el lujo de irse y volver a la Nova
cuando quiere, sabe que sabe. Su oficio es de larga data. Allí ha vivido sus amores y desamores. Es un símbolo, una verdadera leyenda del lugar, No se si alguien puede imaginarse el lugar sin Mayora al lado de la puerta de vidrio junto a la caja. Siempre sonriente. Jorge, el otro señor de ese reino del solaz guaro, "largo" como le decimos en secreto (que no lo sepa), se desliza con la elegancia y el aplomo de los del barrio, del que conoce cada mesa y cada silla y cada cliente, serio y observador nos responde ante el saludo, cómo esta todo? "esperando un día malo pa' ve como es". Jorge Sierra es un optimista sin remedio en medio de su ironía, que ha decidido no hablar más de política, entre su especialidad que es la salsa y su pasión por el béisbol y el cardenales esta su vida.



La Nova recuerda el lugar de la zona, allí recalan todas las tardes, las mismas caras conocidas, recuerda los barrios españoles de Caracas como Candelaria o las zonas italianas como Las Acacias y sus bares de parroquianos. No son muchas las urbanizaciones en el país que tengan sus barretes para unas cañas o unos palos como decimos nosotros y sus bocadillos antes del almuerzo. La Nova recuerda esa tradición.



La carta de la nova es el retrato mestizo de lo que somos y nos gusta comer, hay de todo para todos los gustos, parte de las bebidas, la carta tiene desde un hervido de res, ensaladas, garbanzos a la española, unos espaguetis Alfredo, todas las carnes, Róbalos al menier, asopados, "Torta bien me sabe o 3 leche" (así dice la carta del día), exageraciones melosas como un quesillo con melocotón. Recuerdo una tarde en que, me imagino, el cocinero le dice a Mayora que tiene pargo y el guaireño escribió a mano: "También hay Palguito abielto". Siempre nos queda la opción de pedirle a Mayora un pescao. Un detalle, la carta está hecha a máquina todos los días, adicional a la carta de rutina que nadie lee.


En las fotos: Crepúsculo y siduos a la Nova, escritores y artistas larenses: Esteban Castillo, Maria Auxiliadora Chirinos, Juan Páez Avila


jueves, 29 de mayo de 2008

EL TROLLY ATACA DE NUEVO * / Víctor José López


ENTRE LOS FANTASMAS del recuerdo de aquella ciudad que no volverá, están los sitios para los remates de la parranda, las fiestas o simplemente para los noctámbulos. La cafetería del Broadway, con su inimitable sopa de cebolla o pollos en canasta. Las tostadas de los hermanos Álvarez y las polleras en Plaza Venezuela. Areperas como El Avión, o fuentes de soda como La Campiña, el Tip Top en El Conde, Centro Médico de Caracas en San Bernardino y La Florida a nivel de la esquina de lo que ahora es la inmensa mole de La Previsora en Sabana Grande. Entre aquellos recovecos estaba una venta de tostadas muy original, era El Trolly. Tostadas de queso con tocineta, que hicieron furor hace más de 40 años. La sorpresa ha sido grata, al reencontrarnos con don Manuel Ángel Correa Brito, un canario de La Gomera que lleva la tontería de 44 años de habilísimo y muy cordial mesonero en El Trolly, el nuevo, en Las Mercedes. Este simpático personaje, goza de una memoria impresionante. Como si fuera ayer recuerda sus conversaciones con Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Jorge Negrete y Pedro Infante, quienes como Los Panchos. El Mariachi Vargas de Tecalitlán o Los Tres Ases, gustaban de rematar de madrugada en El Trolly, cuando la gira de sus actuaciones hacía puerto en Caracas. -“Ahora es Luis Miguel, Alejandro Sanz o Shaquira quienes vienen de madrugada a ser atendidos en El Trolly”.

La venta de tostadas hace ya tiempo dejó de ser aquel “Tabaco” de avioneta para convertirse en fuente de soda “art deco”. Continúa siendo sitio de encuentro de venezolanos de todas las tendencias religiosas, políticas o beisboleras. Así que vestida toda de roja rojita divisamos en un rincón a Titina Azuaje, la media clase flamante ministra de Turismo del régimen, y a un par de mesas más allá en el centro del local al exgobernador de Miranda Enrique Mendoza, acompañado por una hermosísima dama rubia – que no es Irene- y un par de guardaespaldas sentados en la misma mesa pero a prudente distancia de la conversación de Mendoza con la catira. La Caracas grande sigue siendo la ciudad chiquitica como un pañuelo

* Tomado de la columna SIN PARALELO de Víctor José López en Meridiano

viernes, 23 de mayo de 2008

EL MONO ZULOAGA Y EL MAESTRO ABREU/Gustavo Méndez

Al comentar la noticia a que me refiero luego, GUSTAVO DUDAMEL agradeció «la oportunidad de celebrar la vida a través de la música». Y el mismo día DANIEL BARENBOIM, a quien parafraseo, dijo: «La música y el baseball, más que profesiones, son formas de vida». Explico:

El próximo domingo 22 de mayo OMAR VIZQUEL sobrepasará a LUIS APARICIO como el shortstop de Grandes Ligas con más partidos jugados en esa posición. Se dice rápido. Días antes, fue anunciado que el Sistema Nacional de Orquestas Nacionales Infantiles y Juveniles de Venezuela —en cabeza del Maestro JOSÉ ANTONIO ABREU— recibiría en España el Premio PRÍNCIPE DE ASTURIAS. La expectativa y el anuncio no son cualquier cosa.

Hay varias otras áreas en las que los venezolanos somos extremadamente exitosos, pero hoy no ando en plan de inventario. Otra vez las nombraré. ¿Qué que tienen en común ambas logros? Entre otras cosas, que son producto —aún indirecto— del esfuerzo mancomunado de muchas personas y de la participación de muchos jóvenes en un sistema estructurado de aprendizaje. Si el joven maestro —el tocayo DUDAMEL— resume en sí los méritos del sistema juvenil venezolano de orquestas, el inacabable OMAR — formado en «LOS CRIOLLITOS»— lo hace con respecto al sistema de desarrollo de peloteros. Para nada exagero si digo que podemos extender al deporte lo que la Fundación Príncipe de Asturias afirmó con respecto a la labor de armazón musical: «milagrosa y prodigiosa».

Extrañamente, mis informantes de las barras no me han proporcionado los números beisboleros, pero los melómanos que por allí pululan afirman que el sistema de orquestas, fundado en 1975, ha formado 4 generaciones de artistas y tocado alrededor de 600.000 personas, vinculadas a los muchachos.

Así como el sistema musical será premiado en cabeza de ABREU, allá en España, el sistema deportivo debería serlo en cabeza de LUIS ZULOAGA, padre de la idea de «LOS CRIOLLITOS», pionera y paradigma del conjunto de organizaciones que, desde 1961, se dedican a canalizar la ya inveterada afición de nuestros niños por el baseball. Dicen en las barras que también el GRAN GATO GALÁRRAGA surgió de allí, junto con muchos más.

Afirmo, entonces, que el MONO ZULOAGA, uno de los pocos héroes sobrevivientes de la hazaña del ’41 debería estar, allá en San Francisco, a la hora de compartir el homenaje que miles de aficionados de todas las edades se disponen a tributar a VIZQUEL.

Hay algo más que tienen en común los músicos y los peloteros: ‘trabajan’ con todo fervor y superior alegría. Quizás sea por la misma razón que adujo un viejo abogado en el BAR RISTER uno de estos días, para contestar a la pregunta de cuándo se retiraría:—“Ni lo pienso. Me divierto mucho y además me pagan por hacerlo”. Alguna parte del éxito de DUDAMEL se lo atribuyen los melómanos a su gestualidad y al regodeo con el sonido que produce, que transmite lo mismo que un músico caribeño cuando ‘montunea’ al piano, percute las congas o hace sonar las ‘pailas’, el contrabajo o el saxofón, como lo hacen MICHEL CAMILLO, CACHAO, PAQUITO D’ RIVERA et al en el video. Se divierten, simplemente, y es mucho … ¡demasiado!

Desde luego que hay diferencias: el maestro ABREU se las ha ingeniado para que su creación sea apoyada por todo gobierno que por estos pagos ha transitado. Como el baseball es un invento imperialista, los rojizos no lo aman … pese a lo que farfulle el Presi, tan dado a hacer lo contrario de lo que afirma. La Venezuelan Summer League, mantenida en buena parte por equipos de Grandes Ligas, que ha contribuido a elevar a más de 220 el número de peloteros criollos en ese nivel, está a punto de extinguirse entre hostigamientos y acosos de toda clase de malandros, oficiales o no.

Lo muestran estos 2 botones (estas 2 miserias, diría Ibsen): hace poco tiempo, la escuela mantenida por los Marineros de Seattle (primer equipo de Vizquel) en Aguirre, Carabobo, fue asaltada por 15 encapuchados, al caer el día. No perdonaron ni siquiera al mítico CAMALEÓN GARCÍA, quien ese día estimulaba a los muchachos con una charla; en el mismo Estado, en Ciudad Alianza, un concejal ‘revolucionario’ exige casi a diario la entrega del pequeño Stadium donde se entrenan los jóvenes, con la excusa de ser necesario para la construcción de viviendas.

Para lo mismo, para celebrar la vida, disfruten también el “Mambo” de Leonard Berstein, interpretado por Dudamel y la Juvenil en: http://www.youtube.com/watch?v=WWs9G-c_pcs

¡Que gozadera!


LATIDOS/Alejo Urdaneta


Sólo escuchas

el chocar de las copas,

chirrido de voces y campanas.

Mudo y ciego,

otros perciben tus latidos

en el bullicio.

Sólo tu latido retumba en la pared

y nadie lo atiende aunque redoble

el llamado a la lid.

La luz mueve los rostros

detrás de la cristalería,

multiplica los ecos

de aquel que escucha tu silencio.

Resplandores lo guían

en la selva de botellas,

para que nazca otro.

Y si la luz se apaga,

desaparece el reflejo,

se disipa la otredad.

Queda sólo el visitante.

DON JUAN TENORIO EN CLAVE DE TEATRO PARA BEBER (TPB)/Tulio Monsalve

Se iniciaba un mes de octubre hace ya casi cuarenta años. Sin causa aparente se convino una reunión en la casa de María Lucia y Aníbal Nazoa, Adriano González León con sus misterios de siempre me convidó, pero ocultó el motivo del encuentro, pregunté, sus disuasivas, me convencieron que lo mejor era desentenderme y gozar la incógnita.

Llegamos al lugar de la cita estaba allí Montillita y Argimiro. Mal síntoma me dije. Se inició el cotorreo y por fin supe, por acercarse Noviembre y según el rito este es el mes de Don Juan Tenorio. Se convino de inmediato, bajo orden sacramental que en el asunto para nada tenía que el burlador de Tirso de Molina, sino el de Zorrilla. Las fiestas de animas y difuntos e interfectos llenan de lagrimas y monserga no solo iglesias y cementerios sino que también proveen condumio a los actores de teatro y munición a los empresarios.

Mientras discutíamos descubrí que Don Juan anima una fiesta adonde se puede mezclar lo piadoso con la mas cruda acción blasfematoria, amen que al mirarlo bien Don Juan posee un cierto carácter, diríamos semita que al fondo demuestra un incontestable desprecio de la mujer en tanto que respetable y amada media mitad de nuestra especie. En eso del tratamiento de asuntos del género debemos decirlo era poco cuidadoso el tal Tenorio. Pero no era ese el tono dominante de este burlador de Sevilla que comenzaban a inventar el dúo de Adriano y Aníbal, pues en esta versión lo que se buscaban era crear de un teatro para jodedores actuado por los ídem.

No se trataba de presentar el asunto en términos de la posible causa cristiana en sus actos de arrepentimiento sino sencillamente verlo como un superlativo atropellador de pantaletas y un clásico mentiroso que necesita inflar sus trapacerías sexuales para poder lucirlas como chismes de cantina. Con esta precisión ya se sabia que se pretendía con el personaje mostrarlo como era, un bandido que asolaba la ciudad después del toque de queda y sin el concurso del viagra vivía para rendir culto a príapo y cumplir con todas las exigencias como dios rustico que sin mediar cuentos dispuesto está a aplicarle la operación colchón hasta una indefensa y enclaustrada Doña Inés.

Mediante documento jurídico de las abogadas María Lucia y Chela Briceño se pasó a Notaría la constitución de la Sociedad Anónima pro tempore que daría lugar a la creación de la empresa TPB ósea Teatro Para Beber, quedando la dicha compañía como única tenedora del capital y acciones de la recién creada organización del intelecto y el espectáculos. No fue fácil, pero el consenso llevó a dar por aceptado que el rol de Don Juan lo tendría Alfonso Montilla, el papel de Doña Ana recayó en la responsabilidad de Mariana Otero, Mary Ferrero haría la Monja que cuidaba la enclaustrada Ana, Rodolfo Izaguirre tenía que representar de Don Luís Mejía y el escultor León Levy sería Don Gonzalo de Ulloa, vestuarista Chela Briceño y musicalización de Tulio Monsalve.

El estreno mundial fue el en anfiteatro y salones adyacentes de la mansión de Aníbal y María Lucia. La entrada se daría por trueque de una botella de buen ron del caribe, si “pecho cuadrado”, pues mas mejor.

En la Hostería de Cristófano Buttarelli se produce el primer acto, allí vimos a Montillita que entre angustiado e insegura gatea, allí lo encuentra Don Luís que le pregunta en tono muy sevillano: “¿ y quej es lo que buscaj tu?, el Don le responde: “puéjs, …. mi carta del diners club”.

Al final don Juan, ya ha escrito su carta para Ana, futura victima y le comenta a Butarrelli su inconfesable acción, insinuada en una carta amoroso-lasciva que debe hacer llegar a Doña Ana.

Don Juan: “Esta carta que aquí veis / enviarla a mano deseo / no la mando en el correo / pues tardará mas de un mes”. Me acuerdo que en el segundo acto a la pícara monja Brígida (Mary Ferrero), con rostro que ilumina la lubricidad entrega a la victima el secreto mensaje de Tenorio:

-“No mas cara de velorio / deja ese rostro contrito / que aquí te manda Tenorio / conmigo este papelito”. No logro recordar la respuesta de la joven objeto de la infamante aberración del sexópata, pero a esta hora ya su destino está cantado, de ese vergajazo difícilmente podrá salvarse.

En el acto final vemos a la casa de Don Juan, están los convidados, es de noche y la ceguera limita los sentidos del burlador, siente la cercanía del aparecido, ya espectro Don Gonzalo y ante sus temores lanza:

-¿Qué me pasa quej-ques-quejs / será el fantasmas de Inés / o la Metropolitana / o es que yo tengo una nota / de mafafa colombiana?. La muerte lo cerca.

Sin duda que la actuación de las figuras escogidas no pudo ser mas certera, y las fiestas y pitanzas que se armaban fueron inolvidables, sin olvidar que la idea, concepción, desarrollo, creación y montaje, de esa mágica linterna de sueños risas y caña creada por Aníbal Nazoa y Adriano González León, aun ya los cuarenta años de su montaje hacen cabriolas en nuestros sueños e imaginación

martes, 13 de mayo de 2008

Música para barras ¡CANTINERO!/Ana Black

En todas las canciones que he escuchado dedicadas al cantinero lo llaman amigo. Es más o menos conmovedor ver el cariño con que lo tratan y la consideración que le profesan, incluso en una copla en la que el parroquiano sospecha que quien le ha estado sirviendo los tragos por años tiene una vainita con su mujer (con la mujer suya del parroquiano, esa es la gracia), el hombre tras la barra –el infame hombre tras la barra, sería preciso decir- es tratado con respeto:

“Ya tomé mil botellas contigo

Y me has dicho las cosas más crueles,

No me digas que no soy tu amigo

Y confiesa también que la quieres.

Yo no voy a matarme por nadie,

Yo mi vida la vivo borracho

Si me cambia por ti, que bonito,

Tomaremos los dos a lo macho”.

Después dicen que borracho no es gente. Es muy fácil, estando sobrio perdido y en estado anímico más bien tirando a estable entrar, tomar asiento en la barra y ­–¡Tonnn-ces Pepe!- alante, instalarse a comentar el último acontecimiento deportivo o político o político-deportivo de la temporada hasta que llegan los(as) verdaderas(os) panas para entonces continuar la conversa pero viendo para otro lado o, estando en condiciones del todo opuestas y con el espíritu descalabrado querer como un hermano a quien le sirve. Eso es fácil, lo de admirar es que un ser pueda pasar noche tras noche, día tras día, turno tras turno calándose a unas y otros.

¿Se habrá dado cuenta alguien que Pepe ha estado comentando –una y otra y otra vez- el gol de Mengano allá en Kutusiapón desde que llegó el primer bebedor consuetudinario a eso del mediodía y que entre tanto y tanto pudo haber disertado acerca de cuánto le ha crecido el pelo a Britney Spears porque, sépanlo, saben hasta de farándula? Y si llega alguien a la barra y le pide: “Lo de siempre”, como en las películas, ¿se sentirá insultado por la falta de fe en su capacidad recordatoria? ¿No es la idea que el hombre conozca al parroquiano y no más verlo entrar se dé la media vuelta para servir el trago que lleva diecisiete años sirviéndole? ¿Alguno habrá notado que los cantineros siempre tienen lo que mi amigo Jesús llamaba “el gesto pegado”; que saludan, atienden, sirven, comentan y despiden siempre con la misma media sonrisa (a menos que venga alguien muy cómico y le arranque una carcajada, o aparezca otro muy necio que lo haga… enojar)? ¿Algún barman llevará el promedio de dichas y desdichas que asiste cada semana?

Aunque, tengo el pálpito de que son más los lamentos que escucha el cantinero que las historias felices porque, es difícil creer que alguien que está contento vaya a pasar –en soledad- toda una tarde en la barra del bar distrayendo al otro de su oficio. Son tantas las historias que comparte y los consejos que reparte que no en balde hay quien iguala la barra al confesionario, incluso leí en una página evangélica –cosas de la navegación- que un buen pastor había abandonado el ministerio para hacerse cantinero. De tanto escuchar historias se han vuelto sabios en casi todos los temas.

Así pues, aferrados a su barranco -y al borde de la barra- los malqueridos* estiran un brazo y, según cuentan todas las canciones, piden. Piden tragos, copas o botellas; piden de lo más fino que haya o cualquier cosa que estremezca, algo fuerte para aprender a olvidar, para saber morir, para atreverse a matar, para buscar razones o encontrar respuestas; buscan con quién brindar o quien los escuche maldecir; solicitan testigos de su desgracia o quien dé testimonio de su dolor; ordenan bebidas para vengarse o para perdonar, tragos para llorar o para reír. Piden música, boleros para evocar o rancheras para sufrir. Demandan consejo al amigo cantinero o igual le exigen que calle; reclaman algo que les de calma o sugieren que vierta veneno en el trago; que los consuele y los atienda, que los escuche, los cure o los mate; le piden diez veces la del estribo y hasta piden para llevar.

¡Puro pedir, puro pedir!

Y Pepe, sereno, lustra su barra, ese trozo de madera torneada que muchos consideran un templo.

No encontré una sola canción que alabe, agradezca, reconozca o considere al cantinero.

¡Urge escribirla!

*A lo mejor mi cultura de barras está algo caduca pero, escribo en masculino porque, por lo general las mujeres manejamos barrancos, despechos, y otras alteraciones del espíritu en compañía, ya sea de una persona (hombre o mujer, lo importante es que sepa escuchar) o en grupete, pero siempre con amigos.

martes, 6 de mayo de 2008

LA REBELIÓN DEL VICIO/ Carlos M. Montenegro desde Logroño



La cosa empezó hace unos años cuando las autoridades sanitarias del imperio – y ya saben cuál – junto con las de otros países que se llaman desarrollados, decidieron cambiarse la chaqueta y comenzaron la gran cruzada antitabaco. Poco a poco los demás países se han plegado a la doble moral, apuntándose a la cosa con creciente éxito. Resulta, que cada vez está peor visto fumar y hacen que sea cada vez más incomodo; va desde los que exhiben cara de ustedes ya saben qué, hasta los que tratan directamente a los que fuman como apestados y los van acorralando como si fueran delincuentes. Hay países que los relegan a los más apartados rincones de la calle, donde se les puede ver fumando en corrillo no sin cierto bochorno.

No voy a negar que dejar de fumar será una buena cosa, pero no me parece bien que se haya logrado un consenso tan generalizado de repudio a los que fumamos. Yo de momento no pienso darme por aludido por consumir algo que se publicita y se vende legalmente; además no me quiero dejar coaccionar por los ejércitos de alienados que se han apuntado a tal cruzada porque sí; que se sienten tremendamente agredidos por lo que hasta hace poco les importaba un bledo y muchos incluso lo practicaban con fruición y placer. Era cuando les decían que fumar ésta o aquella marca era chic, o como se dice ahora: “cool”. Deben ser los mismos que se visten y calzan con marcas que les dicen lo mismo sin importarles qué tal les sientan, y frecuentan restaurantes y bares según la decoración, sin interesarles lo que les dan de comer o beber. Claro que el dejar de fumar les ayudará no poco a sufragar los costos de probar todas las “nuevas tendencias” y consumir todo eso que ahora suele ser de “autor”, sin pensar tal vez que autores ha habido toda la vida, y los buenos siempre han sido los menos.

Las autoridades hacen campañas, pero casi siempre por quedar bien con los votantes, pero no cierran las empresas que producen cosas que “matan”, tal vez porque los candidatos a morir dejan más del 80% de lo que gastan en manos del fisco, así, nos dicen lo malo que es, pero con la boca chiquita.

Yo pienso que se debería canalizar tan súbita conciencia sanitaria de tanta gente antitabaco, en otras causas, dignas de pararle bolas también por lo peligrosas para nuestra vida, manifestándose con la misma vehemencia a las autoridades competentes, para que pongan letreros bien visibles e igual de amedrentadores por ejemplo a los automóviles, a las motos, a la mayoría de los programas de televisión, a ciertos cuerpos policiales, judiciales, a ciertos alcoholes y tantas cosas que se me escapan, pero con carteles bien grandes y permanentes donde diga muy clarito por ejemplo: “ESTO MATA y BASTANTE”.*

Mientras eso llega, no dejo de ver con complacencia que en la ciudad donde nací, conocida por su buen beber y mejor yantar, en la mayoría de los establecimientos públicos han colocado carteles que rezan más o menos: “En este establecimiento se puede fumar”, violentando la ley vigente que lo prohíbe expresamente; otros, de talante más democrático dicen: “En este restaurante si usted quiere no fume”. Es como si el vicio se rebelara.

* También hay ojos y escotes que pueden matar, pero eso es otro tema.

carlos.managerman@gmail.com

En las fotos: Carlos Montenegro probando pinchos en un concurso en la Taberna de Baco ( Logroño); Carteles permisivos y desafiantes de las regulaciones contra el cigarrillo en la calle El Laurel; Otros vicios que pueden matar.

jueves, 1 de mayo de 2008

RING.RING, ¡! ALÓ IBRAHIM ¡! / Carlos Zerpa

- Ring… Ring…

- Aló

- Ibrahim mi amor ¿como estás? Mijo sabes que se me hizo de noche en el trabajo pero en cinco minutos salgo para la casa... ¿y los muchachos?

- (pausa) Hummmm!!!!! A los muchachos los mandé a dormir.

- ¿A las ocho de la noche? Pero eso si es un milagro que te hallan hecho caso. ¿y a Jorgito? Porque no me imagino a jorgito durmiendo a las ocho de la noche.

- A él le dije que se fuera para la calle y así lo hizo.

- Esto es increíble… ¿Y donde está mi mamà?

- En el baño.

- Dile que quiero hablar con ella.

- No, no, ella está en el baño y me da vergüenza tocarle la puerta.

- ¿De cuando acà?

- Bueno por respeto.

- Ay mijo, ¿tu como que estás tomando?.

- Si, me estoy tomando un whisky y escuchando música mientras llegas.

- ¿Un whisky? Ay, Ibrahim!!!! ¿Tu como que te estás cayendo a palos encapillao?

- Bueno en verdad me he tomado cinco whiskies y estoy pensando en ti

- ¿Cómo es la vaina?

- Escuchando música, tomándome unos tragos y pensando en ti mi amor.

- Yo creo que son mas de cinco los whiskies los que te has tomado mijo, con razón te sentía la voz tan cambiada, tan extraña... Pareces otra persona.

- ¿Y que música es esa que estás escuchando que hasta aquí se oye el escandalo?

- A Led Zeppelín… Esa pieza que se llama Moby Dick.

- Ibrahim, tu lo que estás es loco o borracho, ¿Cuándo en tu puta vida te ha gustado la música moderna?

- Siempre la escucho pero escondido.

- A buena vaina mijo.

- ¿Y tú, como andas vestida?

- ¿Qué, qué? …Bueno casual.

- ¿Pero como casual andas con pantalón o falda?

- ¿Y no me vistes esta mañana cuando salí de la casa?

- Si, pero no me acuerdo.

- Bueno, bueno, ando con falda.

- ¿Y las pantaleticas que tienes puestas de que color son… Blancas o negras?

- Ibrahiiiiiiiiiim ¿Qué es eso chico, te volviste loco?... Ay, tu como que no eres Ibrahim, ¿Qué teléfono es ese?

- Click… (Cuelga el teléfono

- Click… (Cuelgo el teléfono sonriente)


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