martes, 29 de abril de 2008

NEPOTISMO COLATERAL/ Gustavo Méndez


«He gobernado y administrado mal,

debido en parte a mi poco talento

y en parte a haber sido muy mal secundado».

Testamento de Luis XV (el ‘Bien Amado’), 1774.

Una de estas tardes, conversaba en el BAR RISTER, moderno restaurante, dotado del sistema inalámbrico de conexión llamado “WI-FI”. Con una computadora portátil sobre la mesa un contertulio nos explicó en que consistía el sistema. Para demostrarlo se conectó a “You Tube” y mostró un video en el que aparecía el ahora Ministro del Trabajo, haciendo malabarismos y piruetas con su plancha dental, mientras ‘oía’ uno de esos aburridos discursos que se pronuncian en la Asamblea Nacional.

Más asqueado que divertido, pedí a mi ocasional compañero de barra una demostración más aséptica. Intentó mostrarnos unas fotos que, al principio, yo me negué a ver, pero que produjeron muchos comentarios. Habían sido tomadas en La Orchila, por lo que supuse que se trataba de la enésima versión de cómo la firmeza del Presidente y el apoyo popular lo habían restituido a su cargo aquel 13 de abril. Estaba equivocado. En realidad se trataba de fotografías de su hijo varón, festivamente rodeado de sus amigos y amigas. El Junior y sus panas en blue jeans, el Junior en traje de baño, el Junior entrando o saliendo de aviones y helicópteros de propiedad estatal etc. Como soy un amante de la discreción, me negué a festejarlas, porque de todos los Hijísimos e Hijísimas es éste el más reservado, al que pocas veces (o nunca) aparece al lado del Padrísimo en ningún acto público, en ningún set de televisión desde donde éste cree que gobierna. Se agradece.

Pero las tomas (las fotográficas, aclaro) me sugirieron una estrategia para inducir a la dirección de este blog a salir de la medianía de la sola remembranza de botiquines exquisitos del pasado, así sea hecha mediante los textos que acá se publican, tan maravillosamente evocadores y tan bien escritos, como el de RAÚL FUENTES que se lee más abajo. En lugar de estar recordando “Peces que fuman” o “Gatos Pescadores”, me pareció más divertido que este CÓDIGO DE BARRA abriese un concurso en el que se premie a quien adivine cuál de los panas vendió al Junior. Porque tiene que haber sido uno de ellos y no ningún agente de la CIA quien tomó las fotos … y las puso a circular.

Este joven visitante de La Orchila goza de la misma sombrilla de discreción que ampara, en general, a los hijos del otro Comandante-Presidente, el que ha asolado a Cuba durante casi medio siglo. El nepotismo que allí se practica es colateral, y favorece sólo a los hermanos, nunca a los hijos. Piensen en Raúl, por un lado, y en Argenis, en Adán, en Adelis por el otro y verán que la herencia, en ambos casos, se reparte hacia los lados y no hacia abajo. No es consuelo, por supuesto, pero no deja de llamar la atención que los reinos de los Castro y de los Chávez tengan leyes dinásticas distintas a las de los Borbones, p.ej.

No sucede así en otros niveles de la administración. Ya al caer la tarde el cyber-tabernero nos hizo ver en la pantalla de su computador portátil una entrevista publicada en el diario “El Mundo”. En ella, José Luis Pacheco, Presidente de la Fundación Teatro Teresa Carreño nos explica que la presencia de su hijo (del mismo nombre) en la dirección del Teatro no es nepotismo, sino una manifestación “colectiva y democrática” del espíritu con el que se maneja la institución, así como nos revela que "Los actos del Presidente sí son actos culturales". No importa que en el recinto que lleva el nombre de nuestra gran pianista ya casi no se presenten conciertos ni óperas ni ningún otro género de obras musicales, distintas a las fastidiosas presentaciones que tratan de ‘amenizar’ los congresos y convenciones de todos los revolucionarios que en el mundo han fracasado; o los actos de graduación ‘súbita’ de todos estos pobres y engañados bachilleres que buscan —a cambio de su rojiza adhesión— un fast-track hacia un título universitario.

¿ENTIENDEN AHORA PORQUÉ CREO QUE TODO NEPOTISMO ES RUIN?

http://es.youtube.com/watch?v=afRE0SrUJFs

(http://realidadalternativa.wordpress.com/2008/03/26/fotos-huguito-el-hijo-de-hugo-chavez-se-vacila-la-orchila/

sábado, 26 de abril de 2008

LAS CHICAS MALAS VAN A LA BARRA / Alberto Rodríguez Barrera

Mi hemanito Rómulo decía que las chicas de malos pasos son las que mejor caminan. Y sin duda: hoy lo chic es shock. Son las chicas malas las que tienen toda la ropa, los centímetros por columna y la champaña. Ni hablar de las dosis de pirulines. Porque hoy ser una chica mala es más fácil. Atrás quedaron Jane Fonda descargando a su país en territorio enemigo, Patty Hearst robando bancos y Janis Joplin cantando libertad y ennotándose hasta morir.

Las chicas malas de hoy son parte del sistema. Pueden empezar como Britney Spears, no como una virgen sino virgen, y luego darse con todo gimiendo y restregándose como una amante que conocemos bien. No hay que transgredir nada, basta con verse como chica mala, desplegar algunos púbicos en audacia Versace ... y tambalearse de la nota al mover el botín. Ellas priorizan el bonche, saltos de cama en cama, derrapes varios, besos con otras chicas y familiares y, por supuesto, pasantías en rehabilitación. A las chicas malas les gusta la cosa caliente, además de acabar primero.

Quizás todo comenzó con Eva, madre y destructora de la humanidad, cual María Lionza diosa de la naturaleza, con pasantía en la costilla de Adán y finalmente como serpiente enrollada en el árbol de la vida. Pero la primera femme fatale fue Helena de Troya (1200 AC), hija de un violador y hermana de una asesina de hacha (Clitemnestra), quien enloquecía a los hombres por su belleza; desató 10 años de guerra y derretía los riñones de los viejos.
Otra poderosa fue Safo (600 AC), perversa insaciable a quien la iglesia medieval le quemó sus obras completas. Pero quien mezcló el sexo y la política por primera vez fue Cleopatra (47 AC), enamorando opuestos como el gazmoño Julio César y el bonchón Marco Antonio, quedando en la leyenda como sueño sensual maduro con jugosos melones flotando en baño de leche.

La patrona del striptease, bailando en velos hasta la desnudez y mareando a Juan el Bautista, fue Salomé (30 AC), cuyas ondulaciones pélvicas hipnotizaban y llevaron a la castración masculina. A María Magdalena (32 DC), la anti-vírgen María, ocultó el secreto y le bastó con llorar. Y Mesalina (48 DC), orgiástica esposa del emperador Claudio, pintaba sus pezones de dorado para amanecer complaciendo a todos en los burdeles (hasta que Claudio la decapitó).

Lucrecia Borgia (1501) cambiaba de esposos como de piel las culebras, favorecía las orgías incentuosas y envenenar con arsénico. Erzsébet Báthory (1605), lesbiana vampira llamada "Condesa Drácula", masacró a 600 muchachas vírgenes para bañarse en su sangre y preservar su juventud. Madame Pompadour (1745) se levantó a Luis XV en el bosque y llegó a ser marquesa, magnate artística y metiche política; después de volverse frígida siguió mandando desde el boudoir.

Otra francesa, la reina María Antonieta (1780), casada con un delfín que rechazó el sexo por 7 años, buscó satisfacción íntima con dos damas, una de las cuales fue guindada por los genitales fuera de su ventana. George Sand (1832) fue una incansable novelista sentimental y socialista cristiana que -ardientemente rebelde contra convencionalismos sexuales- se cambió el nombre y prefirió pasar por hombre, aunque tuvo tantos hombres (incluyendo a Chopin) que fue acusada de ninfomaníaca. Lola Montez (1846), irlandesa que bailaba la "danza de la tarántula", fue otra maluca que hizo chillar a las coronas de zares y reyes.


El siglo 20 amanece con la vampiresa y bailarina danesa Mata Hari, verdadera Dalila cuyo sexo paralizaba o arruinaba; fue ejecutada en 1917. Otra bailarina, Josephine Baker, con sus senos al aire y fálicas faldas con bananas, cual combo tropical de alta energía, destrozó los convencionalismos femeninos, al igual que hizo Mae West actuando en burlesques, vaudevilles y cine, adornándose con obscenidades que la llevaron a tiritar con su diferencia sexual. Gypsie Rose Lee transformó el striptease en algo más respetable, deslumbrando a Hollywood, donde reinó la devoradora de dos puñados de maridos, Elizabeth Taylor interpretando a una esposa hambrienta de sexo, una chica fácil y una reina dominatrix, logrando fundir sexo y arte en un borrón pagano que destrozó en el camino a la "all american" catirita Debbie Reynolds.

Christine Keeler salió desnuda de una piscina y tumbó un gobierno, despertando el feminismo y traficando con la más vieja y profunda forma del poder femenino. Annie Sprinkle, profeta pro-sexo femenino, puta-masajista, gurú y comediante, exhibió su cervical y orinó al público, todo bajo su lema: "¡que haya placer en la tierra, y que comience conmigo!" Y combinando a María Magdalena con la Puta de Babilonia, Madonna amplificó el hipersexualismo haciendo de su cuerpo una titilante escultura fálica, y de sus amantes nubes mentales. En Washington, qué no hizo Mónica Lewinsky con sus húmedos labios rosados y su sobresaliente busto, además del tabaco, hasta seguir viviendo hoy como necesitadísima chica de papi esperando que la rescaten mientras vende carteras de mujer como abultados bolsillos; todo un semi paraíso del hombre.

Paris Hilton, Kate Moss, Amy Winehouse, Naomi Campbell... La lista de hoy puede ser muy larga, pero siempre habrá lobos esperándolas en la barra, sin importar que se roben toda la fama..

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viernes, 25 de abril de 2008

TOSCO TAPAS...PARA LAS NOCHES EN PORTUGAL/ Johan Rodríguez Perozo/ Especial desde la ruleta europea

Lo más difícil de un recorrido por la bella ciudad portuaria de Oporto, en Portugal, es no sucumbir al atractivo de su belleza arquitectónica y la evocación colonial. Aquí se recoge la idea sembrada en distintos lugares de América, por la aventura portuguesa de siglos pasados. El ambiente que se respira en Oporto es de ciudad marítima. Junto a la alegría de sus calles y sus diversos paisajes, permite al visitante disfrutar del espectáculo citadino, tanto en el día como en la noche. Al menos es la sensación que nos quedó después de compartir con Marlene Sutil y Rui Rodrígues (con S), amables anfitriones en nuestra visita a esta encantadora ciudad, y quienes decidieron mostrarnos la calidad de Tosco y Tapas, uno sus lugares favoritos, preferencia que asumimos de inmediato al llegar a esta preciosa barra.

Cuán difícil será buscar el breve descanso, luego de un paseo entre monumentos y símbolos que evocan el pasado. Antes, en otras crónicas barreras, nos hemos referido al atractivo turístico de la ciudad de Oporto pero nada como un recorrido nocturno, para saborear debidamente la dulzura de su vida noctámbula. En esta misión tan grata, impuesta por quien acertadamente dirige esta publicación, nuestro fraterno Pablo Antillano, queremos en esta ocasión transmitirles el dulce sabor que nos dejó la visita a uno de los lugares más bellos que nos tocó visitar a nuestro paso por el puerto: Tosco y tapas.

Con más de veintisiete años “trajinando” en el arte de satisfacer el sibaritismo más complejo, Tosco y Tapas ha dejado una estela de sabor en el largo desfile de personas y personajes que por sus mesa ha transitado. Desde hace unos tres años, este delicioso lugar que sirve de albergue a uno de los más afamados restaurantes de la zona y en cuyo ambiente se puede disfrutar de una preciosa barra, fundamentalmente vinícola, es atendido por su no menos bella propietaria, Ida Soares, quien asumió la responsabilidad de remodelar el negocio, luego de relevar a sus padres en la conducción del mismo, quienes se mantuvieron por largos trece años al frente del lugar

Aunque de la mano de Ida y otros dos socios, Tosco y Tapas mantiene su vieja tradición, el local fue sometido a un proceso de remodelación que lo coloca en onda con los tiempos modernos, conservando el aire tradicional que le ha dado vida durante tantos años. En la populosa zona de Fox, cerca del paseo que conduce a la ribera del puerto, Ida y sus muchachos se encargan de atender a quienes tienen la suerte de compartir las bellas noches de alegría en Tosco y Tapas. Su barra bien surtida y su elegante gastronomía hacen del lugar uno de los más visitados por quienes persiguen en Oporto atracciones turísticas de calidad.

El local, cuya propiedad hoy día es absoluta de la familia Soares, también organiza fiestas y celebraciones tradicionales, las cuales sirven de motivo para amenizar de mejor manera la asistencia de su vasta clientela. Con un promedio de asistencia de más de sesenta personas por turno, Tosco y tapas se consagra como uno de los lugares de preferencia de quienes estimulan la vida nocturna en la ciudad. Nuestra experiencia en el paso por su bella y espaciosa barra nos dejó el regusto por la buena comida y por la mejor atención que se puede encontrar en un grato lugar, atendido además por la magia de Ida, quien no escatima esfuerzo alguno para satisfacer el gusto de sus clientes, bien sean eventuales o cotidianos, que los hay y muchos… Buena barra, ampliamente recomendable y ubicada en la Rua Sra. Da Luz, en la zona de Fox.www.tosco.pt . Cuando pasen por Oporto, no dejen de visitarla, quedarán encantados y con ganas de volver… tal como haremos nosotros…Salud

En las fotos:

La barra, La bella Ida Soares, propietaria de Tosco y Tapas, Ida Soares y su socio, compartiendo la mesa con nosotros, Con Rui Rodrígues, anfitrión de postín,

miércoles, 23 de abril de 2008

ELLA COGIÓ SU DINERO Y SE FUE RÁPIDAMENTE/ Carlos Zerpa

Ella cogió su dinero y se fue rápidamente, me dio la espalda y ni siquiera pronunció una palabra, ni me dijo ninguna grosería, ni menos un adiós… sencillamente se fue pal coño.

No se robó nada, tomo el dinero justo, el que era de ella y dejó el resto intacto, no se trataba de un robo.

La vieron que salir del lugar vestida de rosado, pero yo no la recuerdo vestida de ese color, creo que andaba vestida color melocotón… y esto si me dejaba perplejo pues en todo el tiempo que la conocí, nunca se vistió de ese rosado, nunca en su puta vida se puso un vestido rosado.

Detestaba el color rosado, ella decía que ese color era para mujeres pendejas con aire “Barbie”, y que tampoco le gustaba nada que tuviese que ver con ese tono, ni la pantera rosa, ni la cantante Pink, ni la musica de Pink Floyd, más bien detestaba todo eso.

Pensando en esos músicos me he dado cuenta, que esos carajos del fluido rosado… es que yo siempre pensé que le habían puesto a su banda ese nombre con connotaciones netamente psicodélicas, LSDsianas, pero NO, ellos con ese nombre, lo que le hacían, era un homenaje a dos viejos músicos, maestros en el mundo del blues, el señor Pink Anderson y el señor Floyd Council. Claro que antes de llamarse así tuvieron varios nombres igual de extraños, de hecho se llamaron: Sigma 6, T-Set, Megadeaths, The Screaming Abdabs, The Architectural Abdabs y The Abdabs. Luego, se denominaron The Pink Floyd Sound; luego, The Pink Floyd y finalmente sólo Pink Floyd… Guauuuu!!!!

Me gusta mucho la musica de ellos, sobre todo el disco “The Dark Side Of The Moon”, casualmente estaba un vinilo, un original de esa banda sobre el mostrador, y tengo que agradecerle a ella que no lo pegara contra el piso, ni que lo rompiera en pedazos. Ella cogió su dinero y se fue rápidamente.

De la Pantera Rosa no opino lo mismo, creo que ella tiene razón, de verdad tampoco me gusta; la película original se titulaba La pantera rosa y era de Blake Edwards, la pantera rosa, en realidad, era un diamante de gran valor y había un ladrón de guante blanco que logró sustraerlo, si mal no recuerdo era David Niven y el inspector Clouseau era interpretado por el magnifico Peter Sellers. Como personaje animado, la pantera rosa fue creada por el dibujante Friz Freleng, el mismo creador de Bugs Bunny, solo que en este caso esta pantera “Pink” era muda. El tema musical era de Henry Mancini. Y pienso que todos los hemos escuchado alguna vez… Pero estas comiquitas eran en verdad medio ladillas… Bueno lo que canta Pink tampoco me interesa, la imagen de ella sí, sobre todo cuando Pink participó en el video de "Lady Marmelade" en eso del Moulin Rouge, junto a la Christina Aguilera que sale flaca pero muy sugestiva y sexy la putasa esa…Con una voz muy hermosa que parece mas bien una voz de mujer negra que canta blues, la recuerdo con esas botas altas de plataforma, con plumas, con liguero, mostrando las pantaletas negras con encajes… Entonces por los pelos rubios, abombados de… Era… Era…. ¿De que coño les estaba hablando?

sábado, 19 de abril de 2008

Música de barra / BENDITO LICOR BENDITO/ Ana Black

La barra se inventó para el despecho.

Nadie que esté contento, enamorado, así como flotando en una nube o, en el peor de los mejores casos, en estado anímico vegetativo se va a encerrar a beber por horas en un lugar oscuro y retirado, sentado solo en un taburete incomodísimo, a verle la cara a un señor que lleva décadas cobrando quince y último –¡estará harto, pobrecito!- por servirle tragos a gente que llega agobiada, atormentada y con necesidad de contarle a alguien la razón de sus pesares. Esa necedad la comete sólo un despechado o un borracho consuetudinario amante del deporte por TV. Más nadie. Hasta los irlandeses, precursores del mostrador en los bares (y de los mismos bares) tuvieron la cautela de separar la zona de la diversión de la del despecho. –The hoof! (o sea, ¡la pezuña!)- dijeron y pusieron la barra aquí, y allá, bien lejos, en la pared del frente, la diana, los dardos y la mesita para poner la cerveza. Sufridos allá, emocionalmente apañados aquí.

¿Quién ha visto a alguien lanzando dardos a moco tendido? Nadie. Como tampoco nadie aúpa a su equipo favorito con el corazón partío ¿o sí? Despechado es como mujer embarazada del primer hijo: monotemático. En consecuencia necesita de un público cautivo (que en el caso de las barrigonas, como lo primero que perdemos es el pudor, puede ser cualquiera) y ¿quién es el pobrecito que, por meras razones laborales, está siempre preso tras una barra y para su mayor desgracia con una botella en la mano y una bolsa de papas fritas en la otra? ¡Salve, oh, cantinero! Ya nos ocuparemos de ti en próximas entregas.

Aún así, en todas las barras, sin importar cuántos monitores transmitiendo un juego haya ni cuántas anfitrionas semi vestidas estén promocionando la rifa de una botella de Casillero del diablo, siempre, siempre hay un rincón desocupado, un par de taburetes en los que nadie se sienta y un cenicero que nadie osa ensuciar; es como un reservado -pero abierto- a quien más lo necesite; como un altarcito para el sufrido: la esquina de quien llega a ese lugar umbrío buscando dónde ahogar sus penas y una prudente alma amiga que sepa entender su dolor, o sea: caña y quien lo oiga.

A esos me quiero dedicar, a todos aquellos dolores, tristezas, guayabos, quebrantos, desgarros musculares cardíacos que han inspirado al bolero, la ranchera, el tango, en fin, esa música nacida del despecho y hecha para ser oída abrazados a una barra y aferrados a una botella de…


Licor bendito

Julio Jaramillo

Licor bendito que quitas los pesares

Que alegras corazones y matas el dolor

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Licor, grato licor, eres el dios en mi dolor (Bis)

Cuando estás cerca de mi (Bis)

alegras mi corazón (Bis)

Porque mi vida sin ti (Bis)

ya no la puedo vivir (Bis)

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Licor, grato licor, eres el dios en mi dolor

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Y va en inglés por si acaso el sufrimiento da como para dos idiomas.

Blessed Liquor

Blessed Liquor, who takes my sorrows away,

gives happiness to my heart, and kills my pain,

I need you when I find myself saddened,

You are a faithful companion in my loneliness.

Liquor, oh dear liquor, you are the god of my pain

Liquor, oh dear liquor, you are the god of my pain

Chorus

When you are so close to me (repeat)

You give happiness to my heart (repeat)

Because a life without you (repeat)

I can no longer live (repeat)

I need you I find myself saddended

You are a faithful companion, in my loneliness

viernes, 18 de abril de 2008

FANTASÍAS DE UNA NOCHE DE ABRIL / Rosa Bertín

Para celebrar el 19 de abril, este sábado estuve tomándome en mi casa un “Punch des îles”, delicioso combinado de ron blanco y jugo de caña con una fina rodaja de limón verde. Me lo preparé con el ron que más me gusta, el ron de Martinica.

Este “Punch des îles” era la bebida favorita de aquellos hacendados franceses del siglo XVIII sembradores del oro blanco en las Antillas. Pero los frondosos cañaverales haitianos fueron incendiados cuando reventó la gran cimarronada de 1791. Los esclavos insurrectos exterminaron la oligarquía de los blancos, los grands békés, y de los pocos que escaparon a la masacre, algunos se refugiaron en la Capitanía General de Venezuela.

Se habían traído la receta del “Punch des îles” y lo pusieron de moda en los salones del mantuanaje caraqueño...

Mi poderoso “Punch des îles”, aunque me lo tomaba a sorbitos para que no se me subiera a la cabeza, no dejó de hacer su efecto y me puso a fantasear. Pensé que si yo hubiera vivido en 1810, no me habría resguardado en mi casa aquel Jueves Santo 19 de abril, como tantas caraqueñas recelosas...

Me imaginé más bien cruzando la Plaza Mayor, aquella tarde, para meterme en todo el rebullicio revocatorio frente al Cabildo. Y a la caída del sol, ya consumados los hechos, en vez de regresar a mi casa me fui a celebrar con los sediciosos que acababan de abominar el poder colonial. Qué digo, con los sediciosos... ¡Con las sediciosas!

¿O es que las madres, hijas, hermanas, novias, amantes, no sabían de las conjuras que la oligarquía criolla urdía contra la Corona desde enero de 1810...? ¿No habrán ayudado al marqués del Toro a transmitir el santo y seña para que los conjurados tuvieran entrada a la Casa de la Misericordia en aquellas noches susurrantes...? ¿No salieron de la catedral, casi todas, interrumpiendo las devociones del Jueves Santo, sin siquiera quitarse las mantillas de encaje para unirse al coro derrocador, ¡a cabildo, a cabildo!, contra el Capitán General...? Una de ellas era una joven llamada Josefa Camejo que pronto encabezaría en tierras corianas una carga de trescientos machetes bien afilados...

Aún así, entre aquellos cabildantes proclamados Diputados del Pueblo, novedoso título que estaba en boca de todas y todos sin saber realmente de qué se trataba, no hubo mujer alguna... Pero aquella aventura libertosa de 1810 habrá sido una revancha para Josefa Joaquina Sánchez, bordadora de banderas, confinada en Cumaná por haber conspirado junto a Gual y España, a riesgo de su vida. Y en los años siguientes, cuántas serían las mujeres ignoradas por la historia -Bárbara de la Torre, Mariquita Figuera, Mercedes Abrego, y muchas más- que iban a pagar un precio muy alto por sus ideales patrióticos...

Pues bien, aquella noche del 19 de abril de 1810 yo estuve brindando con un “Punch des îles” junto a mis amigas criollas principales. Fue una noche de puertas abiertas: en la efervescencia del ambiente, el punch enseguida se nos subió a la cabeza y salimos a saludar a unas juanas avanzadoras que pasaban por la calle; andaban de festejo... ¿Adónde van?, preguntamos. ¡A la esquina de las Ibarras, a celebrar con “los Socios”!

Y nos fuimos con ellas, riendo y cantando:

Mujer que sale de noche

No debe ser cosa buena,

Ocairi, ocairá, ocairí, airá...

Íbamos por las callejuelas oscuras y mal empedradas de aquella Caracas ya no tan colonial, donde una lluvia temprana había dejado grandes charcos. Qué importaba que los escarpines y las medias de seda se nos llenaran de lodo, y los vestidos de crepe o de tafetán se deslucieran con las salpicaduras... (Más descocadas, las juanas avanzadoras se recogían hasta los muslos las faldas de calicó almidonado, y brincaban los charcos con desenfado.)

Las tejas húmedas de los techos rojos exhalaban un olor a arcilla que se mezclaba con el tufo de las boñigas depositadas, poco antes, al paso de la milicia a caballo que se había plegado a los conjurados. Algunas gentes pías, en su afán de cumplir con los Santos Oficios, se agolpaban frente a las iglesias, a la luz de unos candiles; pero los curas habían cerrado sus puertas por temor a los desafueros: no hubo lavatorio de pies ni procesión del Cristo yacente. En cambio, las puertas de muchas casas seguían abiertas en un constante trasegar de vecinos que, olvidosos del Jueves Santo, intercambiaban buñuelos, quesillos, rumores...

Y llegamos a la esquina de las Ibarras. En la sede de la recién creada Sociedad Patriótica, abarrotada, alborotada, las gentes radicales de la ciudad ya brindaban por una futura independencia. La mayoría no medía aún el alcance real de los acontecimientos, y el jolgorio siguió hasta tarde en la noche. Afuera, los “Socios” más jóvenes cantaban y bailaban “La Carmañola Americana”:

Todos los reyes del mundo

son igualmente tiranos

son crueles, son avaros,

son soberbios y orgullosos

Acabábamos de deponer al representante del absolutismo español; haciendo uso de nuestros derechos políticos, ¡habíamos formado gobierno propio! Unos días después, con nuestros finos modales de mantuanos, condujimos hasta La Guaira a un desconcertado Vicente Emparan, Capitán General renunciante, y lo embarcamos rumbo a Santo Domingo.

Todas y todos quedábamos ahora pendientes de la convocatoria a un Congreso Constituyente, otra novedad política. Mucho se hablaba de eso durante las veladas, en el frescor de la brisa nocturna que traía efluvios de café tostado. Unos se preguntaban a quién íbamos a vender ese café, y el cacao, y el añil, y el tabaco, ahora que nos distanciábamos de España. Otros contestaban, pragmáticos: ¡a los norteamericanos y a los británicos, pues! ¿Y qué harán los vacilantes pardos?, se preocupaban algunos blancos criollos. Tendrán que unirse a nosotros, anticipaban los más avezados.

Y seguíamos sorbiendo nuestro “Punch des îles” en la frágil serenidad de los patios, viendo con una mezcla de recelo y exaltación cómo se acumulaban los nubarrones en nuestro cielo recién ganado...

Dejé mi copa vacía para asomarme al balcón. Doscientos años después, el cielo sigue encapotado y anuncia tempestad. La historia continúa.

Ilustraciones: Caña de azúcar, Joaquina Sánchez, Josefa Camejo, 19 de abril de Juan Lovera

LA MÁQUINA INDESEABLE y 3/ Pablo Antillano

Viene de CEMENTERIO DE BLOQUEADOS/

Las barras brindan espacio y tiempo para borrar los correos indeseados y bloquear a los remitentes más ladillosos. Es un placer adicional para aquellos que se entretienen con su blackberry o navegan con su celular en medio de su mar de e/mails mientras se toman su vodkita y esperan a sus convidados.

Este mecanismo de Bloquear Remitente especialmente diseñado para evitar el correo indeseado en INTERNET tiene hondas raíces en nuestra cultura, inclinada a proteger la privacidad de los ciudadanos del invasivo universo público. Podríamos asociarlo con el ojo mágico o con el timbre del intercomunicador que impide que el vendedor de Electrolux o los inoportunos vendedores de Biblia de los domingos por la mañana lleguen hasta la sala del apartamento. Aunque, hay que reconocerlo, se hace urgente modernizar este sistema para suprimir radicalmente la molestia.

También está emparentado con la contestadora telefónica que permite atender el teléfono una vez que la persona que llama se ha identificado. Si no lo atienden tendrá que conformarse con hablarle a la máquina diabólica. Este concepto, muy cruel y muy útil, evolucionó hacia las pantallas que identifican el número de quien llama, tanto en los celulares como en algunos equipos domésticos (Caller ID).

En su magnífica eficiencia, Bloquear Remitente es comparable con aquella inocente pero intraspasable muralla que solía utilizar el papá de Laurita, en los años previos a la sofisticación electrónica, que cuando sonaba el teléfono simplemente ordenaba: "Diles que no estoy". Y se acabó.

Qué equivocados estábamos quienes pensábamos asi. Una vez que entramo en FACEBOOK para “postear” el Código de Barra, con la intención de sortear los mecanismos evasivos de los bloqueadores compulsivos, nos hemos encontrado con una comunidad que no quiere bloquear a nadie. Que por el contrario da la vida por recibir mensajitos impertinentes, correítos, abracitos, ositos, cadenas y videos . Se llena de “amigos” para que le inoportunen, para que le saturen el correo electrónico, para que no lo dejen sólo en el temible hueco negro del cyberespacio.

Es allí donde la máquina desopilante de Bloquear Remitente, que tanto hemos alabado , ha devenido en trasto inútil, en desecho tecnológico.

jueves, 17 de abril de 2008

OLVIDOS, OMISIONES Y ERRORES/ Raúl Fuentes

Anónimo Jóvito Alcides Villalba Vera dijo...

Como es posible, caro Raul , que no hayas incluido entre las delicias del Gato Pescador aquellos sus famosos Fatanyeiros, que la maledicencia del lugar y de la epoca aseguraba que estaban compuestos, entre otra viandas, de gato y de pescado. Saludos amigo y te recuerdo que el Pez que fuma era un burdel guaireño y no caraqueño. Viejo es viejo manque se sfeite la papada.

16 de abril de 2008 22:09

Un amable comentario de Alcides Villalba en torno a la minucia que, bajo el título El gato sin nombre, colgáramos acá hace un par de días motiva estas pocas líneas a manera de apostilla a la mencionada fruslería. Nos reprocha Alcides lagunas y equivocaciones.

En nuestra nota, no intentábamos inventariar el menú del Gato Pescador, sino especular en torno al significado de las palabras Halászó Macska, sazonando nuestras elucubraciones con una que otra referencia a la oferta alimentaria del desparecido comedero húngaro. Pero, ya que nuestro amigo trajo el fatányéros a colación, debo confesar que fue más olvido involuntario que omisión deliberada.

Es cierto: servían en el Gato Pescador esta descomunal especialidad cuyas raíces nos remiten a Transilvania (recuérdese que esta región perteneció a Hungría en algún momento). Imagino que el tamaño y composición del fatányéros buscaban exorcizar al mismísimo Conde Drácula.

El platillo en cuestión es una suerte de parrillada mixta elaborada con filetes de buey y ternera, chuletas de cerdo, tajadas de hígado de ganso y tocineta. Se sirve sobre un plato de madera en cuyo centro hay una barra de metal, un alambre en realidad, que sostiene las distintas piezas manera de brocheta. Se le acompaña, generalmente, con una ensalada de papas y, a lo mejor, el Tokaj sea muy dulce para maridar con él.

Dice Alcides, apuntando a mi senilidad (Viejo es viejo manque se afeite la papada) que el Pez que fuma era un burdel guaireño y no caraqueño. Creo que nuestro amigo se equivoca. El Pez que fuma, más que burdel cabaret o bar de putas, quedaba en Los Flores de Catia. Román Chalbaud lo ubica en el litoral, tal vez evocando El campito, aquel famoso prostíbulo donde se dice mataron a un enano al usarlo como balón en un improvisado juego de voleibol. Eran tiempos en los el litoral guaireño, de alguna manera, formaba parte, parte de la ciudad. Después nos lo arrebataron para crear una entidad sufrida e insostenible.

También hubo, entre los años 40 y 50 del siglo pasado, un Pez que fuma en Acapulco. Allí tocaba el piano Juan Bruno Tarraza y cantaron, ente otras y otros, María Luisa Landín, Toña La Negra Bobby Capó y Olga Guillot... El regente de la mancebía catiense ha de haberse inspirado en este sitio para bautizar su casa.

martes, 15 de abril de 2008

EL GATO SIN NOMBRE/ Raúl Fuentes

Entre los numerosos establecimientos frecuentados por la bohemia caraqueña en los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado destaca, tanto por el aspecto físico de los locales que le sirvieron de asiento como por la personalidad del patrón, el Gato Pescador. Conocí tres ubicaciones distintas de este restaurante y bar que servía generosos tragos y copiosas porciones de comida aparentemente húngara. La primera de esas ubicaciones nos sitúa donde hoy se levanta el edificio La Previsora; la segunda, un centenar de metros bajando hacia el sur por la avenida Las Acacias, y la tercera, que pienso fue la última, detrás de la Gran Avenida, en la calle Habana, la misma donde quedaban el Páprika y el Tic Tac, también muy cerca, pero hacia el oeste, de su primer emplazamiento. Los tres locales tenía en común, además del nombre, un anuncio de latón en el que podía verse la figura de un gato aferrado a una caña de pescar y la leyenda Halászó Macska debajo; y, lo que más llamaba la atención, por lo menos a mí, la incoherente, disparatada y ecléctica decoración: no hubo nunca una mesa cuyas mesas fuesen todas iguales y, en algunos casos, ni siquiera tenía altura similares, una anarquía que se hacía sentir incluso en mantelería, platos, copas, vasos, cubiertos y ceniceros,. Tal vez por ello el negocio gustaba y uno caí en las trampas del pícaro dueño al que algunos llamaban Halászó y otros apodaban Gato. Solía éste preparar, además de los infaltables pimentones rellenos, una buena cantidad de un estofado de carne de segunda que ofrecía con distintos nombres para que creyésemos que su menú era muy amplio: carne guisada, muy buena; goulash, excelente; carne, con papas, estupenda, strogonoff, superior, carbonada flamenca, increíble…”. Era interminable la lista de variaciones sobre el tema del estofado, que con su peculiar acento húngaro, recitaba el hombre a quien unos llamábamos Halászó y otros llamaban simplemente Gato, porque Halászó les parecía impronunciable. Él, Halászó o Gato, pensaba que uno no se daba cuenta del camelo, pero ello formaba parte del juego que la concurrencia mantenía con la administración.

Halászó a veces desaparecía por algún tiempo y dejaba la taguara al cuidado de un pariente que reputábamos hijo, sobrino, ahijado o cómplice de quién sabe qué fechoría. Fue este personaje quien hizo pública la pasión de su padre, tío, padrino o compinche por las carreras de galgos. Sus desapariciones correspondían a los viajes que cada cierto tiempo hacía a Miami para apostar en los galgódromos de Florida. Ello explicaba el cierre, mudanza y reapertura de sus restaurantes que siempre se llamaron Gato Pescador, nombre que parecía apropiado para una ciudad que había albergado un burdel llamado El Pez que Fuma, pero que a mí siempre me intrigó. No el nombre en sí, sino su procedencia.

Hay un félido originario de Asia, Prionailuturus Viverrinus, a la que se denomina comúnmente como gato pescador, del que no sólo se dice es buen nadador, sino que además se le atribuyen facultades para la captura de peces, pero dudo que el restaurador magyar tuvieses noticias de este espécimen.

La Rue du Chat qui Péche (calle del gato que pesca sería la traducción literal al castellano) es acreditada como la más corta de París: hay apenas un metro con ochenta centímetros entre las fachadas de esta callejuelo cuya longitud no alcanza los 30 metros ( la Rue Degrés, en el 2ª arrondissement con 5, 75 mts. es tenida como la más corta de la capital francesa). Comunica al Quai Saint Michell con la Rue de la Huchette, en el distrito V, en la Rive Gauche de la ciudad luz. El curioso nombre de tan estrecha vía está asociado a una leyenda cuyos orígenes se remontan al siglo XV. Según ésta, el canónico Dom Perlet, que al parecer se dedicaba a la alquimia en la vecina iglesia de Saint Severin, tenía por compañero a un gato negro que podía, de un zarpazo, sacar un pez del Sena. Esta habilidad que ayudaba a mantener bien alimentado al clérigo, contribuyó también a alimentar rumores y se decía que monje y minino eran una sola entidad diabólica. Tales rumorees se acrecentaron cuando unos estudiantes, o unos gamberros – que a veces son lo mismo – mataron al gato y lo arrojaron al agua.

Muerto el felino, el religioso brilló por su ausencia. Sin embargo, meses después, Dom Perlet, que no estaba de parranda sino de viaje, regresó a sus prácticas de alquimia al mismo tiempo que alguna gente juraba haber visto al gato negro pescando en las orillas del río. Una resurrección que nadie pudo explicar y a partir de la cual la calle de Neuve des Lavandiers pasó a llamarse Rue du Chat qui Peche. A esta calle vino a parar, después de la Gran Guerra, que aún no era primera, aunque si mundial, la escritora húngara Jolán Földes. Una escritora que gozó del favor del público de entre guerras y hasta obtuvo un prestigioso premio otorgado por la crítica inglesa.

Halászó macska utcája es el nombre de la novela con la cual Yolanda, que así podemos nominarla en español, obtuvo el primer premio de un concurso internacional de novela celebrado en Londres en 1936. En inglés se llamó Street of the Fishing Cat, es decir: la calle del gato pescador. De aquí debe haber sacado el nombre para su bebedero y comedero el hombre al que llamábamos Gato o Halászó. Quienes lo llamaban Halászó suponían que su nombre completo era Halászó Macska. Entre ello figuraba Adriano González León.

Un buen día nos enteramos del fallecimiento en misteriosas circunstancias del afable patrón del Gato Pescador, un húngaro pícaro y ludópata que sabía agradar a los poetas y, a través de gestos obscenos, hacía saber a las parejas de su disposición a rentarles un espacio para que se refocilasen. Adriano, en un hermosa y magistralmente bien escrita nota dio cuenta del deceso en la página de arte de El Nacional. La nota se titulaba Halászó Macska y reseñaba la relación del personaje así nombrado con el entorno bohemio de Sabana Grande y la naciente República del Este.

Poco tiempo después de morir el hombre a quien unos llamaban Halászó y otros Gato, me topé con una gran amiga de origen húngaro, Eva Ivanyi, cuyo padre, por afinidades étnicas y tratando de encontrar los sabores perdidos de su Budapest natal, solía invitarla al Gato Pescador. Fue ella la primera persona en advertirnos que el muerto no ha podido llamarse Halászó Macska, pues estas palabras significaban Gato Pescador. Y es más, puntualizó que quienes le decían Halászó no sabían que, en realidad, lo llamaban pescador porque el gato era Macska.

sábado, 12 de abril de 2008

CEMENTERIO DE BLOQUEADOS (2) / Pablo Antillano

(VIENE DE CODIGO DE BARRA EN FACEBOOK)

Entre esa gente figuran océanos de escuálidos y ríos de chavistas que inundan la red con sus fantasías e insultos. Políticos y periodistas incalificables que hacen circular sus artículos entre todos los que habitan sus gordas libretas de direcciones. Organizaciones reales e inventadas. Jefes de relaciones públicas de museos, galerías y restaurantes, de oficinas comerciales y gubernamentales. Candidatos a alcaldías y gobernaciones. Vendedores de viagra, de dietas, de hierbas medicinales, de horóscopos y computadoras. Promotores de pornografía, de viajes y posadas. Publicaciones nacionales e internacionales de ideologías extravagantes o anacrónicas, con varias ediciones diarias. Fastidiosos cazadores de virus empeñados en salvar la vida de los demás.

Entre los más obsesivos están los que hacen reenvíos, copian artículos, manifiestos, panfletos, fotos,videos You Tube, capítulos de libros, gacetas oficiales y otros cachivaches que creen importantes y se lo envían a miles de inocentes que, a su vez, y muchas veces por venganza, se lo reenvían a otros cientos. Se suman a las cadenas propiamente dichas, plagadas de idioteces, versitos y ensalmes, y que, con frecuencia, incluyen exordios amenazantes que obligan al "reenvío" supersticioso.

Algunos encandilados confunden este basurero con "las autopistas de la información" y "los nuevos medios" y otros más sagaces lo han bautizado como "mercadeo por Internet" o "mercadeo digital". No cuentan estos propagandistas con ese maravilloso, genial, desmañado, desollante y cruel mecanismo de "Bloquear Remitente". Que alivio. Cuanto agradecimiento. No tiene uno que estar desperdiciando el tiempo y puede concentrarse en las misivas amorosas, las delicias del ingenio, las barras y los eventos sorprendentes.

viernes, 11 de abril de 2008

LA RUTA ROMÁNTICA/ José Maria Aristimuño desde Alemania


Es el camino mas antiguo en el sur de Alemania, de aproximadamente unos 350 Km , llena de murallas casas entramadas, y callejuelas onduladas, esta la franconia, riberas vinícolas que datan del siglo VIII.

Lugares de encuentros de príncipes laicos y eclesiásticos, ciudades imperiales del medioevo, " cuna de las botellas abombadas ", denominadas Bocks Beutel, parecidas a las botellas de vino portugués, allí entre copas conversamos en " die rose ", un lugar de encuentro con Moll, una celebridad como chef en la región de Lauda-konigshofen, “la campiña de la virgen ", en cocina regional, jabalí, ciervo, cacería. Las barras de la ruta romántica, difieren de las ruidosas cervecerías de Munich, son conservadores, de allí de esa poderosa región Augsburg, vinieron los poderosos Belzares, banqueros que por deudas de la corona española con sus casas bancarias les entrego Carlos V, por un buen rato buena parte de Venezuela, Ambrosio Alfinger, en la búsqueda del famoso dorado.
Barras solitarias, al menos en el invierno que son bastantes largos, los autóctonos meditan consigo mismo, conversan con la copa en el lenguaje del silencio. Del lugar, en las fotografías de rigor, la conocida artista venezolana Fernanda, pintora onírica de los Maya, y ahora del mundo luminoso de Berlín.

miércoles, 9 de abril de 2008

PRIMAVERA EN MADRID © Carlos M. Montenegro

Esta primavera madrileña la verdad que está un poco antipática en lo que se refiere al clima, pues recibe a los visitantes con unas temperaturas ciertamente hostiles para los que esperan ese suave calor madrileño de Abril. Los nativos andan un poco escamados, porque además Marzo les escamoteó una semana de bochinche, ya que coincidió el puente de San José (día del padre aquí) con las Fallas de Valencia y la Semana Santa, y eso significa que las playas se llenaron igual que los hoteles, por lo que se quejan de que podía haber sido en dos tandas – por aquello del doble beneficio supongo – claro que en lo de quejarse son unos campeones. Uno los primeros días no sabe a qué atenerse; al mirar alrededor todo parece estupendo, sobre todo a los bolivarianos de a pie, que llegamos con enormes ganas de perder de vista aunque sea por unos días la atmósfera tan particular que flota en la Sultana del Avila. Pero al entrar en contacto con los indígenas en las barras de las tascas, con sus suelos alfombrados de peladuras de gambas, huesos de aceitunas y servilleticas de papel arrugadas, a la espera del próximo escobazo – “me permite el señor un momento”, y lo dejan todo limpito, casi brillante, hasta dentro de un rato que ponen todo perdido de nuevo – uno empieza a creer oyéndolos que España es un desastre, que ya la vida no vale nada y que están en continuo peligro de muerte.

Ante semejantes aseveraciones, con toda la seriedad que solo los asiduos de las tascas suelen imprimir a sus categóricas afirmaciones, uno de entrada se mosquea, pero al cabo de un rato, tras comprobar que sigo vivo, cojo aire, y entiendo que las causas son diferentes a las que se pueden esperar en Caracas. El riesgo puede que exista, pero debe ser a morir por una dentellada de la pinza de un bogavante (especie de langosta), o uno de esos centollos de Galicia tan amenazadores que sirven en las barras, o tal vez de una intoxicación súbita por una ostra que sorteó el severo control sanitario; también puede ser debido al alto riesgo que tiene ese jamón ibérico o el chorizo riojano, que quién sabe, pueden ser portadores de algún maligno virus, o incluso un atracón de fabada asturiana, tras tanta insistencia a que repitamos ración y que tanto cuesta convencernos, sin contar esos “caldos infecciosos” (digo yo) de Valdepeñas, Ribera de Duero, Jerez e incluso Rioja: “hazme caso que ya no sabes ni lo que te van a dar estos tíos” te dicen, recalcando el peligro al que estamos expuestos por esos desconsiderados taberneros tan poco confiables; uno por dentro piensa que esto debe tener mucho peligro.

Tal vez en somos afortunados sin saberlo y sea mejor y menos riesgosa esa dieta frugal que practicamos a la fuerza en Venezuela o… ¿no será que se quejan de vicio?

Pero aseguran que no, es que además de eso tienen enormes razones para ese “sinvivir” al que les tiene sometido el “stress” con el gobierno del país, que después de una agobiante campaña electoral de dos semanas aún no les ha informado el presidente, diligentemente, qué nuevos ministros habrá en el próximo gabinete. Es que no cuentan casi nada, vamos que son peor que Luís Aragonés seleccionador español de fútbol, que no se digna hasta última hora decirles si Raúl va o no va en el próximo amistoso, y por si fuera poco el Renault de Alonso no anda nada; “Dime en serio, ¿tú crees que esto es un país normal?” Yo, la verdad, pensándolo bien y viniendo de donde vengo, pienso que no, que estoy de acuerdo con ellos, y así se lo hago saber; y a continuación viene la consabida pregunta aunque no les interesa mucho la respuesta: “¿y cómo están las cosas por Venezuela ahora?” Ante ese dilema he encontrado una bastante buena, como para que no sigan preguntando simplezas y les suelo decir: “empeorando satisfactoriamente”. La mayoría se quedan tan tranquilos, luego decido “jugarme la vida” otro ratito, cuando el hombre con un tono autoritario le grita al barman: “¡Manolo, ponle al señor otro vino y una tapa especial para que pase el mal rollo!”, y yo sumisamente acepto, no sea que se arreche y resuelvo con audacia poner en juego mi vida con otro vino más, antes de correr a resguardarme de país tan peligroso.

carlos.managerman@gmail.com


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