«He gobernado y administrado mal,
debido en parte a mi poco talento
y en parte a haber sido muy mal secundado».
Testamento de Luis XV (el ‘Bien Amado’), 1774.
Una de estas tardes, conversaba en el BAR RISTER, moderno restaurante, dotado del sistema inalámbrico de conexión llamado “WI-FI”. Con una computadora portátil sobre la mesa un contertulio nos explicó en que consistía el sistema. Para demostrarlo se conectó a “You Tube” y mostró un video en el que aparecía el ahora Ministro del Trabajo, haciendo malabarismos y piruetas con su plancha dental, mientras ‘oía’ uno de esos aburridos discursos que se pronuncian en
Más asqueado que divertido, pedí a mi ocasional compañero de barra una demostración más aséptica. Intentó mostrarnos unas fotos que, al principio, yo me negué a ver, pero que produjeron muchos comentarios. Habían sido tomadas en La Orchila, por lo que supuse que se trataba de la enésima versión de cómo la firmeza del Presidente y el apoyo popular lo habían restituido a su cargo aquel 13 de abril. Estaba equivocado. En realidad se trataba de fotografías de su hijo varón, festivamente rodeado de sus amigos y amigas. El Junior y sus panas en blue jeans, el Junior en traje de baño, el Junior entrando o saliendo de aviones y helicópteros de propiedad estatal etc. Como soy un amante de la discreción, me negué a festejarlas, porque de todos los Hijísimos e Hijísimas es éste el más reservado, al que pocas veces (o nunca) aparece al lado del Padrísimo en ningún acto público, en ningún set de televisión desde donde éste cree que gobierna. Se agradece.
Pero las tomas (las fotográficas, aclaro) me sugirieron una estrategia para inducir a la dirección de este blog a salir de la medianía de la sola remembranza de botiquines exquisitos del pasado, así sea hecha mediante los textos que acá se publican, tan maravillosamente evocadores y tan bien escritos, como el de
Este joven visitante de La Orchila goza de la misma sombrilla de discreción que ampara, en general, a los hijos del otro Comandante-Presidente, el que ha asolado a Cuba durante casi medio siglo. El nepotismo que allí se practica es colateral, y favorece sólo a los hermanos, nunca a los hijos. Piensen en Raúl, por un lado, y en Argenis, en Adán, en Adelis por el otro y verán que la herencia, en ambos casos, se reparte hacia los lados y no hacia abajo. No es consuelo, por supuesto, pero no deja de llamar la atención que los reinos de los Castro y de los Chávez tengan leyes dinásticas distintas a las de los Borbones, p.ej.
No sucede así en otros niveles de
¿ENTIENDEN AHORA PORQUÉ CREO QUE TODO NEPOTISMO ES RUIN?
http://es.youtube.com/watch?v=afRE0SrUJFs
2 comentarios:
La barra es diversión, tranquilidad, felicidad. No entiendo porqué este tipo se empeña en nublarlas. En el "reino de los Castro" no habrá barras, pero hay felicidad. En Venezuela hay barras y habrá felicidad. Hablando de familiares, me imagino que ese texto lo debe haber pensado la madre del escritor.
Las madres venezolanas son muy versátiles. Unas piensan y hasta escriben. Otras no se ocupan de esas naderías y se dedican a actividades tascendentes, tales como tener hijos militares y hermanos de militares, para enriquecimiento de la familia. !Vivan las madres!, incluida la del actor del comentario.
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