Hablamos de todo. De los talleres para escritores jóvenes que debemos arrancar este trimestre en Escribas. De cómo sus columnas son un peligro, pues entre mariposas, pesebres y corazones de lis, no pierde oportunidad para darle un coquito al gamonal y a su funcionariado ignorante. Comentamos del Shylock del Mercader de Venecia y de lo sorprendente que resulta el que Shakespeare no hubiese podido escribir una sola obra mala. (Adriano da crédito a los vándalos anti-Stratford-upon-Avon, los cuales refutan que la obra del bardo sea realmente suya). Recordamos a Pancho Massiani: comentamos la bella carta que le había escrito en el Código de Barra de Pablito, y nos juramos visitarlo el próximo jueves.
Ahora dicen que ya no está y a mí eso se me hace cuento. De ser cierto, ¿qué va a ser de Las Mercedes? ¿quién va a hacerle guiños y a darle ternezas al país? Lo siento, Adriano querido. Déjate de bolserías. Vístete que te recojo. Te paso buscando por el Hereford o por esa vaina donde te la pasas ahora que llaman el Amazonia. Apúrate. Coje tu marusa y tu bastón, que tienes que bailar otro tango con Josefina y Pancho nos espera el jueves.