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lunes, 13 de julio de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

PERIODISTAS EN EL BAR

La Fundación Nuevas Bandas y el Colegio Nacional de Periodistas & Barrabar se unen para crear un nuevo espacio para el intercambio de ideas...
Chácharas en el bar...
Cada miércoles, a las 7:00 p.m. un nuevo encuentro que dará mucho de qué hablar...


Capítulo 1. ¿Qué país tendremos luego del 15-f?

Vladimir Villegas vs Alonso Moleiro

Moderador & Selector: Henrique Lazo.

Y para quienes quieran un poco más, la conversa continúa entre tragos y música de la mano de Henrique Lazo

Fecha: 25-03-09
Hora: 7:00 p.m.
Dirección de Barrabar: Centro Comercial Mata de Coco, PB. al lado del Seniat, diagonal al CC San Ignacio

jueves, 17 de abril de 2008

OLVIDOS, OMISIONES Y ERRORES/ Raúl Fuentes

Anónimo Jóvito Alcides Villalba Vera dijo...

Como es posible, caro Raul , que no hayas incluido entre las delicias del Gato Pescador aquellos sus famosos Fatanyeiros, que la maledicencia del lugar y de la epoca aseguraba que estaban compuestos, entre otra viandas, de gato y de pescado. Saludos amigo y te recuerdo que el Pez que fuma era un burdel guaireño y no caraqueño. Viejo es viejo manque se sfeite la papada.

16 de abril de 2008 22:09

Un amable comentario de Alcides Villalba en torno a la minucia que, bajo el título El gato sin nombre, colgáramos acá hace un par de días motiva estas pocas líneas a manera de apostilla a la mencionada fruslería. Nos reprocha Alcides lagunas y equivocaciones.

En nuestra nota, no intentábamos inventariar el menú del Gato Pescador, sino especular en torno al significado de las palabras Halászó Macska, sazonando nuestras elucubraciones con una que otra referencia a la oferta alimentaria del desparecido comedero húngaro. Pero, ya que nuestro amigo trajo el fatányéros a colación, debo confesar que fue más olvido involuntario que omisión deliberada.

Es cierto: servían en el Gato Pescador esta descomunal especialidad cuyas raíces nos remiten a Transilvania (recuérdese que esta región perteneció a Hungría en algún momento). Imagino que el tamaño y composición del fatányéros buscaban exorcizar al mismísimo Conde Drácula.

El platillo en cuestión es una suerte de parrillada mixta elaborada con filetes de buey y ternera, chuletas de cerdo, tajadas de hígado de ganso y tocineta. Se sirve sobre un plato de madera en cuyo centro hay una barra de metal, un alambre en realidad, que sostiene las distintas piezas manera de brocheta. Se le acompaña, generalmente, con una ensalada de papas y, a lo mejor, el Tokaj sea muy dulce para maridar con él.

Dice Alcides, apuntando a mi senilidad (Viejo es viejo manque se afeite la papada) que el Pez que fuma era un burdel guaireño y no caraqueño. Creo que nuestro amigo se equivoca. El Pez que fuma, más que burdel cabaret o bar de putas, quedaba en Los Flores de Catia. Román Chalbaud lo ubica en el litoral, tal vez evocando El campito, aquel famoso prostíbulo donde se dice mataron a un enano al usarlo como balón en un improvisado juego de voleibol. Eran tiempos en los el litoral guaireño, de alguna manera, formaba parte, parte de la ciudad. Después nos lo arrebataron para crear una entidad sufrida e insostenible.

También hubo, entre los años 40 y 50 del siglo pasado, un Pez que fuma en Acapulco. Allí tocaba el piano Juan Bruno Tarraza y cantaron, ente otras y otros, María Luisa Landín, Toña La Negra Bobby Capó y Olga Guillot... El regente de la mancebía catiense ha de haberse inspirado en este sitio para bautizar su casa.

sábado, 1 de marzo de 2008

APARTHEID Y C de B /Gustavo Méndez

En la edición del diario TAL CUAL del miércoles 27 de febrero aparece un artículo firmado por FREDDY NÚÑEZ ―a quien creo no conocer― que alude, sin duda alguna, a los que solemos escribir en esta BARRA, especialmente a quienes hemos celebrado la vida de ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN y llorado su muerte.

Este régimen ―escribe― inauguró con la lista Tascón, una práctica propia de las dictaduras de izquierda y de derecha. Se diseñó una metodología para la persecución política en la administración pública, y en general para impedir a cualquier ciudadano de oposición el disfrute de sus derechos frente al Estado. Un verdadero apartheid político …”

En lo que nos atañe personalmente, continúa: “… El mundo de la cultura aporta lo suyo. Es el caso de un personaje que sacó buen provecho de sus relaciones con oligarcas de la economía y la política durante la IV, y que ha sido señalado de haber elaborado otra lista tan maldita como la de Tascón. La elaboró cuando estuvo en un instituto del Estado. Cientos de trabajadores, incluyendo obreros, secretarias y profesionales, fueron echados a la calle luego de que este deleznable personaje se dedicara a clasificarlos como “opositores” al régimen …”

Luego de señalar que el ‘personaje’ ocupa hoy un cargo en un organismo “cultural”, afirma en obvia referencia a este blog que aparece impunemente en una página web dedicada a informar sobre cierta bohemia peculiar, escribiendo sobre Adriano González León y posando de intelectual. A veces me pregunto quien es más miserable, quien comete la vileza o quien finge ignorar el asunto para beneficiarse”.

Porque creo que la libertad de expresión incluye la de nuestros enemigos, no finjo ignorancia ni imposto desconocimiento, pero como me siento concernido, por escribir en esta página, sugiero al autor del artículo identificar al objeto de su diatriba, de manera de satisfacer directamente su espíritu vengador y justiciero y, por rebote equitativo, liberar a otros de cualquier sospecha. La precisión siempre va hermanada con la eficacia.

No defiendo a nadie, salvo a mi mismo, en este caso. Por tanto digo ― ‘por si las moscas’ como hablaban los abuelos― que ni nunca he trabajado en la administración pública, ni ocupo cargo en un ‘organismo cultural’ ni tengo posibilidad alguna de ‘beneficiarme ignorando vilezas’.

“Dígalo ahí”, amigo Núñez.

sábado, 3 de noviembre de 2007

ENGRILLAR, GUIA PARA LA ACCIÓN /Gustavo Méndez


Mientras los Leones empataban a Magallanes (3 a 3), poco antes de perder por una carrera, el hombrón a nuestro lado decidió interrumpir la conversación (de varia insignificancia). Antes, resguardada la cabeza por un sombrero pelo e’guama, inclinados sus hombros sobre la barra, había permanecido totalmente silencioso, sucediese lo que sucediese en el stadium y dijésemos lo que dijésemos los tertulianos de esa noche.

Animado por la exhibición que alguien hizo de la reciente y famosa foto en la que una afro-descendiente, con un garrote en una mano y en la otra la pancarta que rezaba “HIJOS DE INMIGRANTES DE MIERDA … ¡FUERA! decidió intervenir, con rara cortesía y superiores conocimientos. Dijo, con suave entonación: —“Los caraqueños están totalmente equivocados con Hugo. Se los puedo decir yo, que aunque también nací en Sabaneta de Barinas, si conozco la historia de este país. Eso de que el hombre tiene un plan, de que tiene un proyecto, que es un estratega… ¿de dónde lo sacan?

— “En nuestra Escuela Militar sólo se estudia estrategia en los cursos de Estado Mayor (con dudoso aprovechamiento) a partir del grado de Coronel; de manera que no fue en el Ejército donde pudo asimilarla Hugo. ¿O es que creen que la aprendió de la lectura de «EL REPOSO DEL GUERRERO», antes de que BORIS IZAGUIRRE afirmara que su autor era gay?” —preguntó.

— “Desde que HUGO abandonó la lectura de JOSÉ LEÓN TAPIA, barinés como nosotros, y esos ‘cooperantes internacionales’ como RAMONET, DIETERICH, MONEDERO le empezaron a embarullar la cabeza, el hombre se nos perdió en esa maraña de ideas extranjeras” —pontificó—. “Aunque, si a ver vamos, al menos MARX estaba claro en la identificación del enemigo: la burguesía. ¿Qué es eso de que el enemigo ahora es el inmigrante? ¿Cómo sabemos quién es hijo de inmigrantes, en este maldito país de mestizos?”

Mientras —por sólo una vez— levantaba la cabeza hacia el televisor, como buscando a alguien entre los peloteros, dijo: —“Inmigrante es GIORDANI, ese que imposta ser Ministro de Planificación, nacido, como Sammy Sosa en San Pedro de Macorís, República Dominicana. Inmigrante es FARRUCO SESTO, gallego … como Francisco Franco … como los dueños de este botiquín donde bebemos. ¿Los matamos a ellos y a sus hijos?”.

—“Si HUGO no fuese tan antojadizo e impresionable, hubiese seguido las enseñanzas de ZAMORA. Sería mejor si la revolución se guiara por las palabras del adivino de EZEQUIEL, aquel TIBURCIO, que predicaba desde un púlpito previamente arrasado, desde El Real de Barinas: «Hay que seguir a ZAMORA porque éste lo que quiere es llevar a MARTÍN ESPINOZA a Caracas, a matar a todos los que sepan leer y escribir». “Esa si es una guía para la acción, como diría Lenin” —remató.

— “Si me lo permiten, les voy a enseñar una palabra ahora en desuso pero que fue muy empleada en Venezuela durante el SXIX: ENGRILLAR’. Fíjense: ahora bebemos para rebajar las tensiones, para adelgazar la crispación, pero MARTÍN ESPINOZA desde que los colorados le mataron la mujer, empezó a beber para hacerse más feroz. Cuando cogía a un godo le ordenaba: engrille, es decir, que bajara la cabeza para descargarle un machetazo. Mis hombros encogidos y mi nuca adelantada no es producto del cansancio ni del abatimiento: es un tic de familia. Desde que mi bisabuelo Antonio se salvó de chiripa de un machetazo de Espinoza, después de ofrecerle la nuca, todos sus descendientes varones nacemos así, engrillados —remató mientras pagaba su cuenta … y la nuestra.

“Por cierto —dijo mientras se devolvía— la compañera de la foto, la afrodescendiente esa, con tanta pasión xenófoba en el rostro, no parece ser maquiritare ni yekuana y, pa’mí, es tan extranjera como FARRUCO, sólo que de padres nacidos en distinto continente”.

lunes, 1 de octubre de 2007

LA PONIATOWSKA Y LA GRAPPA/ Gustavo Méndez

En las barras caraqueñas suelen hacerse vanos torneos sobre los temas del día. Incluso ―aunque no me crean― sobre valores de literatura o, al menos sobre las gratificaciones honoríficas o dinerarias que, en ocasiones, se obtienen en ese campo. Recientemente, a propósito de la escogencia de HELENA PONIATOWSKA como ganadora del premio Rómulo Gallegos, se abrieron varias discusiones en paralelo.

Después de asentar que el premio se otorga a una novela reciente y no a la obra de una vida, se preguntaba algún avieso, si en verdad se la distinguió a la novelista como ‘luchadora social’, una “recompensa a la labor del periodismo”, como ella afirmó en una entrevista o, como bien dice el veredicto: la novela “es una epopeya colectiva por la dignificación del trabajador”; o se la premió por el valor intrínseco de la novela.

Otro malvado, a propósito del ensayo del compañero de página TULIO MONSALVE ― “Tren pasó primero …”―, por el que narra el grato encuentro que mantuvo con la galardonada, verificaba que el tema del social-realismo no había sido tocado en el artículo; así como tampoco hay referencias acerca de las virtudes literarias de la ganadora, sino a su origen social, a su título nobiliario: ‘LA PRINCESA’, se la llama allí en un par de ocasiones. El inicuo proponía el tema de dilucidar si el premio se lo dieron por ‘luchadora social’ o por ‘princesa’. La mayoría se pronunció por lo segundo. Uno de esos sesudos que concurren a las barras ―aunque no estén en la Academia―, justificó el veredicto tabernario: si Zamora y sus federales utilizaban el amarillo como distintivo frente al ROJO de los godos; si este color siempre fue propio de las altas clases, seglares o religiosas, la realeza y los cardenales (sobre todo por el alto precio del tinte púrpura); si el propio padre del Presidente fue llamado ‘Hugo DE LOS REYES’, es obvio que esa inclinación no puede explicarse sino como una típica operación mediante la cual los oprimidos se apropian de los signos y símbolos de la clase contraria … para mejor combatirla … ¡Como poseer (o ansiar poseer) un Hummer, beber grappa o vivir o querer vivir en La Lagunita o en el Country Club! Por derivación: había que votar por La Princesa.

El veredicto del Rómulo Gallegos no fue unánime. Según informó la prensa escrita, fue una decisión dividida, sin determinar como fue la votación individual. El tercer tema fue en una de esas barras, entonces, el de precisar los nombres de los 2 disidentes. Según el sentir general, fue inmediatamente descartado el ganador del premio en la anterior edición, el novelista español ISAAC ROSA, pues fue el único miembro que manifestó públicamente su inclinación por la novela del escritor mexicano DAVID TOSCANA. También fue descartado el nombre del presidente del jurado LUIS BRITTO-GARCÍA, por considerarlo un activo hombre de bien, incapaz de ningún acto que pueda reputarse como desleal o como apático. Doblemente consecuente: después de haber ganado varios primeros galardones en los concursos literarios auspiciados por el gobierno cubano (1970, 1979 y 1980) es impensable considerarlo así. Además, alguien que usa sus 2 apellidos separados por un guión señorial, no podía, sino votar por la Princesa.

Con lo que quedaban 3 miembros para escoger 2 entre ellos. Y no hubo acuerdo sobre el punto, pero sí en la consideración según la cual, a tono con los tiempos, la obra premiada ha debido ser la del otro mexicano, sólo por el título: “EL EJÉRCITO ILUMINADO”, la llamó Toscana.

jueves, 27 de septiembre de 2007

¿QUE PASA CON LOS BORRACHOS?/ * Nota anónima enviada por Gustavo Méndez


Nota para el administrador del blog. Escribo desde algún lugar del Medio Oriente donde rige la ley musulmana. Trabajo para una transnacional de la energía que tiene negocios en Venezuela. Por tanto, por razones harto conocidas, mi identificación sería negativa tanto para ella como para mí.

¡Hola amigos! Desde el exterior, les saludo con alegría y con nostalgia. Todos ustedes lo saben pero —por modestia, seguramente— no lo dicen: la mayor virtud de las barras caraqueñas fue la calidad de sus conversaciones y lo fresco de sus chismes. Estos, errados, verdaderos, malintencionados ... siempre eran creíbles; tanto que podían servir de pasaporte para que la compañera abriese la puerta del hogar. Tratárase de fútbol, tennis, béisbol, literatura, chismes del día, política (mundial o local) o cualquier otro valedero, invariablemente había 2 ó 3 ó 4 expertos dragoneando con sus conocimientos sobre el tema, siempre con muchísima propiedad, aun cuando —paradójicamente— lo hicieran desde puntos de vista enfrentados. De allí su gracia.

Conozco a algunos de los habitués de “CÓDIGO DE BARRA”; he abrevado con ellos, al menos desde los tiempos de la República del Este. Me he calado sus desplantes e intemperancias … y también sus manifestaciones afectivas y sus demostraciones de amistad. He trasegado en su compañía whiskies de 4, 8 o 12 años (pocas veces nacionales), cervezas, lights o verdes, vodka, ginebra (éstas, siempre importadas), rones; al abrirse las tabernas, al atardecer y hasta la madrugada. Mi vista presenció el encanecimiento y/o encalvecimiento progresivo de Fuentes, Hernández, Antillano, Méndez, Monsalve y de otros cuya inmensa humanidad se resguarda bajo seudónimos evocativos (“De La Barra”). Los conocí como adecos, comunistas, masistas, copeyanos, haciendo transitar sus simpatías, en ocasiones, hacia el gobierno de turno, más allá de las ideologías de éste y al margen de sus propias convicciones. Hicieron algunos breves pasantías intelectuales por la “izquierda divina”, estuvieron en la mostrenca que ahora gobierna … y se devolvieron. Y así…

Lo que no puede decirse es que estos ‘barrosos’ no hubiesen sido comprometidos ―”afectos” como dicen los periodistas de ahora― y que no defendiesen con ardor y vehemencia sus puntos de vista, cualquiera que ellos fuesen. En mi última visita a Caracas me llamó poderosamente la atención la segregación de los grupos: en un extremo de la barra o en propia mesa, los “rojitos”; en la otra, los “escuálidos”. Será que la “literatura oral” que practicaba la pandilla de Caupolicán que aparece en la foto, ahora no se lleva. También noté la neutralidad de los canales sintonizados en la pantalla de televisión, sobre la barra: deportivos, ambientales, etc. Nunca informativos, ni siquiera extranjeros. Así como aquella “República del Este” de alguna forma se parecía a la otra, a la que imitaba, este “CÓDIGO DE BARRA” pareciera ser, con el perdón, una réplica de las barras de ahora. Quizás sea un acierto.

¿Qué ha pasado? ¿Llegamos a la felicidad de los suecos? ¿No tenemos conflictos, ni existenciales ni de ningún otro tipo? ¿Una incursión a la melancolía? ¿Patria y Hummer, venceremos?


* Pablo: el texto anexo me lo envió un amigo que los manes de la Historia aventaron hacia el Medio Oriente. Por las razones que explica en su nota de envío considera prudente mantener su nombre bajo reserva. No obstante, no veo que relación haya entre la sharia y el anonimato. Ni que mi amigo fuese Salman Rushdie. Gustavo Méndez


martes, 28 de agosto de 2007

DEBATES TABERNARIOS ( BEBAMOS Y DISCUTAMOS) / Gustavo Méndez

La única objeción que tengo contra esta «BARRA» es que es más virtual que real. Me desdigo y me explico: paradójicamente … pudiera ser demasiado real. Corresponde a cierta conducta acomodaticia que ronda por ahí, que nos invade, que no queremos percibir y que quizá sea “políticamente correcta”. Pero … en otro lado. Es justamente para eludir ese ambiente que nos refugiamos en las tabernas, para intentar escapar de los peligros de la calle, de la estolidez de la oficina o de la mediocridad del hogar y lo logramos … por instantes. Es suficiente como recargo de pilas, pues ya sabemos que la felicidad es un momento y no una permanencia.

La barra es una nata, exquisita aunque opaca, una penumbra, una atmósfera inatrapable, cuya necesaria media luz, en cuanto oscuridad, nos impide percibir algunos detalles, pero en cuanto claridad nos permite avistar la gruesa realidad … y ¡discutir sobre ella! Y de frente, no viéndola con el rabillo del ojo.

Es cierto que buena parte de los dueños de restaurantes a falta de un buen juego de fútbol o de béisbol en la TV, prefieren lanzarse por los animalitos de VIVE TV, saturarnos de los verdes escenarios donde se practica golf o los blancos y pardos donde mayoritariamente se juega tennis, en lugar de actuar resueltamente, por la calle del medio, y colocar GLOBOVISIÓN o el CANAL 8. Creen que así mantienen parroquianos y habitués de uno y otro sexo (pude decir bando), cuando en realidad corren a unos y a otros. Aunque de alguna manera escribamos sobre esos dueños en esta BARRA, no veo porque debamos imitarlos.

Que se inclinen esos dueños, en política, por la neutralidad, por la persecución de una ‘ilusión de armonía’. Ya sabemos, es la hipocresía de la vida pública propia del capitalismo (originario, neo, de Estado, salvaje, etc.). La tensión entre realidad y su representación simbólica, que siempre ofusca nuestra personalidad y nos lleva a trabajar sobre coordenadas ficticias.

Es una aberrada impostación de la realidad ‘barsiana’, incongruente con los fines y la práctica tabernaria tal como la conocemos … y amamos. Por mas esfuerzos que hago no me imagino a la pandilla de Antillano que en general conforma el Consejo de Redacción de esta BARRA, discutiendo en voz baja —sin intemperancias, incontinencias, provocaciones, liviandades o excesos—, en una taberna verdadera, temas como i) las hostias intoxicadas de Raúl Fuentes; ii) el Doppelgänger neoyorkino de Oscar Hernández; iii) Los encargos españoles de Andrés Aguilar; iv) los edulcorados cocteles de Méndez o sus fantasmales músicos y militares. Etc.

La taberna que me gusta es la que debe ser, la que es: la catedral del chisme, el templo de la murmuración, la basílica de la maledicencia, el stadium de la palabra altisonante. Sucede que en esta BARRA sólo hablamos de deserciones, ausencias, distancias y otras lejanías que, por inasibles, no nos son permitidas: Valera Mora, Hemingway, Saúl Alvarado, Caupolicán, Garmendia, Mary Ferrero, Nogales Méndez, González Vegas … Arenas margariteñas, bares europeos o neoyorkinos.

En fin, sostengo que una BARRA que se aprecie debe ser representación simbólica de las circunstancias y, por consecuencia, discutir sobre temas actuales: ‘Chávez es comunista/fascista’; ‘la reelección no es indefinida sino continua’ (o perpetua); ‘Rangel y Diosdado forman parte ‘del chavismo sin Chávez’; ‘Rosales y Borges son agentes del gobierno’; ‘Álvarez Paz y Ledesma también lo son’; ‘El Nacional se vendió a Barreto’, ‘la oposición no tiene ni líder ni plan’. Al no atreverse a escribir sobre esos temas ―hay otros, claro―, la BARRA se descafeina, resulta muy light. Puede morir por delgadez extrema.

Es como si esa cierta tendencia puritana que ha impuesto la abolición del cigarro (ablación del “útero de humo”, diría Roberto Echeto) en los restaurantes y tascas, prohibiese también el consumo de alcohol en las barras. Ya lo oí en la lengua de un mal hablado, en una taberna de verdad: ¡¡ESE CODIGO ES MAS FASTIDIOSO QUE UNA BARRA MUSULMANA!!

Gema1943@gmail.com


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