ENTRE LOS FANTASMAS del recuerdo de aquella ciudad que no volverá, están los sitios para los remates de la parranda, las fiestas o simplemente para los noctámbulos. La cafetería del Broadway, con su inimitable sopa de cebolla o pollos en canasta. Las tostadas de los hermanos Álvarez y las polleras en Plaza Venezuela. Areperas como El Avión, o fuentes de soda como
La venta de tostadas hace ya tiempo dejó de ser aquel “Tabaco” de avioneta para convertirse en fuente de soda “art deco”. Continúa siendo sitio de encuentro de venezolanos de todas las tendencias religiosas, políticas o beisboleras. Así que vestida toda de roja rojita divisamos en un rincón a Titina Azuaje, la media clase flamante ministra de Turismo del régimen, y a un par de mesas más allá en el centro del local al exgobernador de Miranda Enrique Mendoza, acompañado por una hermosísima dama rubia – que no es Irene- y un par de guardaespaldas sentados en la misma mesa pero a prudente distancia de la conversación de Mendoza con la catira.
* Tomado de la columna SIN PARALELO de Víctor José López en Meridiano
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