Marcelino Madrid tenía una casa en Choroní y una noche, un poco tarde, Enver Cordido fue a visitarlo.
Toca la puerta y Marcelino dice desde dentro:
- Aquí está el general Pechoepavo, Conquistador de muchos territorios, allá ¿quién?
- Es Enver.
- Cuál Enver.
- Pues Enver Cordido.
- Diga la contraseña, compañero.
- Coño, Marcelino, déjese de vainas y abra la puerta de una vez.
- Lo siento, compañero, si no dice la contraseña no lo puedo dejar entrar.
- Pero, es que yo no sé de qué contraseña me hablas.
- Contraseña o nada.
- Marcelino, yo sólo vengo con una botella de whisky y quería tomármela contigo…
Se abre la puerta de golpe y aparece Marcelino:
- Contraseña correcta, compañero
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