jueves, 4 de septiembre de 2008

DE LA RIOJA, LAS PEÑAS /© Carlos M. Montenegro

Para aquellos que quieren y pueden tomar sus vacaciones a contrapelo de la mayoría (en julio y agosto, generalmente obligada por la cosa escolar de los muchachos) y deciden hacerlo en España, me voy a permitir recomendar una zona poco conocida por aquí: La Rioja.

De España como destino, especialmente los turistas profesionales, se sabe casi todo; pero dentro de ese “casi” hay algunas maravillas poco trilladas, que yo les aseguro merecen la pena; una de ellas es La Rioja esa pequeña provincia castellana que desde hace unas décadas se estrenó como Comunidad Autónoma, casi sin pedirlo, aunque es una de las más prósperas de la España actual. Pero no se trata de analizar aquí lo histórico-político-económico-social de esa tierra, sino recomendar a todo el que vaya a España en septiembre con ganas de pasarlo muy bien que se acerquen, pues no lo olvidarán.

Lo que mejor sabemos de La Rioja nos lo hemos bebido. Pero hay muchas cosas más que les hará alegrarse de haberla conocido. Septiembre es un buen mes para ir; está a punto de cosecharse la uva que se convertirá en esos caldos mundialmente famosos, y que los riojanos celebran con júbilo y esplendidez. Mi sugerencia es que lleguen a Logroño, su capital; hay media docena de cómodos hoteles que están en el centro y muy buenos precios; estacionen el auto y olvídense de él. La ciudad es pequeña y todo se puede hacer caminando.

Traten de llegar el 18, con la ciudad expectante a que el 20 desde el Ayuntamiento, a las 12 del mediodía en punto se lance el cohete que da inicio oficial a las fiestas de San Mateo o de la Vendimia. Deben estar ahí, porque tan simple acto se convierte en un espectáculo inolvidable. En ese momento la ciudad entra en un alegre y estupendo trance durante una semana.

Se toparán con múltiples “peñas”: amigos agrupados en sociedades culturales que durante el año se preparan para estos días; salen a la calle desde temprano con sus distintivos atuendos y sus propias bandas de música, tocando alegres “pasacalles” para despertar y animar a la ciudad a salir a celebrar, mientras bailan e invitan a los transeúntes con vino de sus abultadas botas. Las peñas, en diferentes plazas de la ciudad ofrecen a modo de aperitivo cada día platos de la gastronomía riojana, cocinadas a la vista por ellos mismos, regado con tinto del país y a precios simbólicos; patatas con chorizo, chuletillas de cordero al sarmiento, embuchados y muchas delicias más componen las degustaciones. Por toda la ciudad se encuentran los “chamizos”, que son locales abiertos durante las fiestas, donde las peñas y grupos de vecinos obsequian a los visitantes con “zurracapote”, una bebida pariente mejorada de la sangría. Sólo hay que entrar y lo demás déjenselo a ellos.

La ciudad a diario da conciertos gratuitos de artistas nacionales e internacionales en la Plaza del Ayuntamiento, y en las casetas regionales hay bailes y actuaciones con entrada libre; desfiles de carrozas y cada noche concursan fastuosos fuegos artificiales, montados por empresas pirotécnicas de diferentes países. Podrán asistir al ancestral “pisado de la uva”, y cómo se hacía el vino incluso antes de Baco.

Falta lo mejor, se lo aseguro, pero será la próxima semana. Uds. disculpen.

carlos.managerman@gmail.com

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