jueves, 8 de noviembre de 2007

LUISA / Claudio Nazoa

I
Antes que nada gracias a los lectores por la acogida a favor y en contra de mi anterior trabajo “Un Cachito y un Marrón”.

Agradezco sus opiniones pero entre los correos que recibí en mi blog, habían unos francamente desproporcionados, escritos por lectores furiosos conmigo, porque según ellos, la estaban pasando muy bien fuera de Venezuela. Bueno… ¿Y? ¿Acaso yo dije que a todos los que emigran les va mal? Creo que antes de decir cosas que no son, deberían leer bien lo que se escribe.

Lo del “Cachito y el Marrón” fue una manera de ejemplarizar el guayabo que sienten la mayoría de los venezolanos cuando salen fuera del país, lo lamento por quienes se lo tomaron literalmente. De todos modos, gracias por leer la columna.

La historia que hoy les voy a contar es real y a mi me parece muy divertida, razón por la que he querido compartirla con ustedes. Al grano, ahora sí:

II

La señora Luisa tiene como ocho años trabajando en mi casa. Luisa es una mujer buena y colaboradora, ella, además de poner orden y limpieza, me ayuda cuando cocino o en eventos culinarios que a veces organizo.

A Luisa le gusta la cocina y siempre está presta y de buen humor por más peludo que sea el compromiso de los fogones.

Ella, en secreto, estaba enamorada del señor Antonio, un conserje utiliti que hace de todo en nuestro edificio. Antonio tiene años siendo atacado por los perros que le echa Luisa, pero a él, al parecer, no le llama la atención. El otro día la convenció de lo bueno que sería que ella regresara con su ex –esposo. A ella le pareció que la idea no era tan mala y un poco a regañadientes, regresó con Gustavo, un taxista colombiano buena gente, con quien había estado casada años atrás.

Hasta aquí éste cuento no tiene nada de raro, pero… ta-ta-ta-tan. Sigan leyendo.

Resulta que la señora Luisa acostumbra comprar todo tipo de loterías, incluso, en cierta ocasión, le llamé la atención por la gastadera en lotería y juegos de azar. Me imagino que ya saben por donde viene la historia.

Bueno, sí ¡La señora Luisa se ha ganado cuatrocientos millones de bolívares (400.000.000,oo Bs), una camioneta último modelo y una gandola en la lotería!

¡Ñooo! ¡La señora que lava y plancha en mi casa, es una multimillonaria con una super camioneta último modelo y una belleza de gandola que no tiene donde parar!

En mi casa estamos en estado de shock. Como Luisa nunca tuvo ni una bicicleta, contrató a un primo para que le manejara ¡Y llega con chofer todos los días para trabajar en mi casa! Sí, a trabajar, porque es tan chévere, que me dijo que quiere seguir conmigo a pesar de ser tan millonaria. Eso también es increíble porque otra, no regresa más, pero ella dice que le gusta su trabajo y que además, nos tiene cariño,

El problema ahora lo tenemos los miembros de la familia, porque no hallamos como tratar a esta señora tan millonaria que tiene hasta chofer. Pero Luisa como si nada, trabaja igualito aunque anda con una pinta increíble y todos los sábados, se va a la peluquería, se peina y se hace manicure y pedicure.

Que bueno que a la señora Luisa le ha tocado esta suerte, ojala y sepa administrarla.

-Señora Luisa, dígale a su chofer que mueva la camioneta para sacar mi carro -le pedí con cierta vergüenza el otro día. Ella me miró y como con lástima, me dijo.

-Señor Claudio, perdone que me meta, pero… ¿Cuándo va a cambiar ese LTD tan feo?

Sin embargo, lo más triste de esta historia le pasó al señor Antonio quien todo compungido, me dijo:

-Señor Claudio, lo que estoy es salao… ¡Yo mismo fui quien una semana antes de ganarse el premio, convenció a Luisa para que regresara con Gustavo …!

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