sábado, 12 de junio de 2010

BUFÓN BUFO/ Raúl Fuentes


De la familia Bufonaide y del género Bufo, el sapo (Bufon Bufo) es un anfibio rechoncho, verrugoso y de ojos saltones que se alimenta de insectos - ¡en granes cantidades! – y, por ello, se le considera beneficioso para la agricultura. Por las noches, hace circular el aire procedente de sus pulmones hasta las cuerdas vocales y el sonido que esta operación produce es amplificado por sus sacos bucales, lo cual indica que anda buscando sapas, porque sólo canta el macho. Y cantar es un decir,  pues se trata más bien de un monótono ronquido que nada tiene que ver con trinos o melodías, Dicen los especialistas que hay cientos  de tipos de sapos, pero no todos habitan en charcos, lagunas y pantanos. Los hay que viven en reinos encantados y que con su croar logran a veces convocar a una hermosa doncella para que les besen y, así, convertirse en príncipes. Yo conocí uno que sabía contar y cantar. Fue besado por la Diosa de la inteligencia, la sensibilidad y el buen humor para que lidiara con gallos pelones y camaleones e hiciera del verso y la copla medios excepcionales para la comunicación de ideas de toda índole en todos los terrenos imaginables.  Se nos acaba de ir por la tangente en maniobra bufa y principesca, pero deja tras si un estela de poemas, canciones, anécdotas y mamadera de gallo dignos de una grandísimo jodedor. A donde quiera que hayas ido, Sapo: ¡te queremos!





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