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Hace unos pocos días murió el fantástico artista Michael Jackson con apenas 50 años de edad. Los cientos de miles de horas que la radio y la televisión han dedicado al lamentable hecho, sumado al despliegue de revistas y periódicos han explicado bien quien era y ya hoy es leyenda .
Sobre Michael Jackson se ha dicho todo o se dirá en estos días, sería mezquino no reseñar aunque sea brevemente las cosas que deja para la posteridad un hombre en apenas medio siglo de carrera. Sus dotes de cantante con “swing” se manifestaron ya cuando no había cumplido ni diez años. Rodeado de sus hermanos mayores, en los inolvidables “Jackson’s Five”, a pesar de su diminuto tamaño brillaba con luz propia. Cuando fue lanzado como solista, se manifestó que lo que prometía de niño se cumplió ya adolescente en cada disco que publicaba, a pesar de que le correspondió pelear el mercado en una época en que la música rock y pop produjo más luminarias que nunca; sus canciones lo sostuvieron en la cima permanentemente. Desde niño ya apuntaba maneras en su particular forma de moverse al compás de lo que cantaba y con los años fue logrando un estilo muy personal de expresión corporal que explotó cuando lanzó un disco que forma parte de la historia grande en la música popular universal: “Thriller”, que no sólo es una obra de arte integralmente, es decir, por las canciones, por la producción y por la interpretación de Jackson, que lo separaba de todo lo conocido hasta entonces, sino que puso de manifiesto su enorme calidad artística, ya que su mano estaba en cada paso de la realización. Los responsables de lanzar aquella maravilla, EPIC, lo debieron tener claro ya que de una vez diseñaron una de las campañas más formidables y mejor ejecutadas en la historia musical del siglo XX. Para ello produjeron una serie de video clips que impactaron al mundo tanto como la música que contenían. Una vez más, la mano del joven Jackson estaba de lleno metida en la producción, desde la escogencia del director hasta el montaje de la coreografía, donde Jackson volvió a romper los esquemas a un público mundial. En un país donde desde Broadway hasta Hollywood mejores musicales se hacían, logró lo que parecía imposible: crear un estilo “todo nuevo”. Fue el debut en la historia, del video clip como parte del lanzamiento de un disco; el de “Thriller” duraba 13 minutos y tenía un guión como un cortometraje.
Quincy Jones se encargó de sacar a la luz las toneladas de talento que poseía Jackson; la combinación de ambos rompió todos los récords existentes. Aquel álbum usó adecuadamente toda la tecnología disponible en la época (1982). El cantante se rodeó de lo mejor. No se puede obviar que junto a sus composiciones contó con las de Rod Temperton, Eddie Van Halen, y Jeff Porcaro; el director de los videos fue John Landis. También es notorio que Q. Jones y M. Jackson produjeron “We are the World”, otro suceso mundial, Son sólo botones de muestra.
Sin embargo no deja de ser paradójico que en la acera, frente al Teatro Chino de Hollywood Boulevard, sus fieles hicieran colas kilométricas para despedirse de una estrella que hay en el suelo junto a muchas otras de menor talla del firmamento artístico.
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