domingo, 15 de marzo de 2009

RABIA A LOS LIBROS


En la Alemania de 1821, Heine, instado a pronunciarse sobre un periodo de soflamas nacionalistas en el que se habían quemado libros, declaraba: «Allí donde hoy se queman libros, mañana se quemarán personas». Durante toda la historia, se han arrojado libros a las hogueras. Muchos se consumieron irremediablemente. Aún no hace mucho que perecieron unos dieciséis mil incunables y manuscritos iluminados, sin reproducir, en el incendio devastador de la biblioteca de Sarajevo. Los fundamentalistas de toda laya queman libros por instinto. Los conquistadores musulmanes de Alejandría, al condenar a las llamas la legendaria biblioteca, habían dicho: «Si contenía el Corán, ya disponemos nosotros de copias; si no lo contenía, no valía la pena conservarla.» No ha sobrevivido ni una sola copia de la Biblia de los albigenses; ni un solo ejemplar del gran tratado antitrinitario de Miguel Servet, condenado a la hoguera pública por Calvino. Los manuscritos, incluso los mecanografiados de los grandes maestros modernos, son aún más vulnerables. Acorralado por el terror estalinista, Bajtin arrancará las páginas de su obra sobre la estética para paliar la cruel falta de papel de fumar. Espantada por la transgresión de los tabúes sexuales, la novia de Büchner arrojará a la estufa el manuscrito de su Aretino (probablemente la obra maestra de quien, antes de cumplir los treinta, había creado ya Woyzeck y La muerte de Danton ).
George Steiner en Rabia a los libros. Letra Internacional nº 87.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si un libro contraría la palabra de Dios, es blasfemo ... si la reproduce es superfluo. HAY QUE QUEMARLO!! O venderlo como pulpa de papel, según se hizo en las bibliotecas de Miranda por órdenes de Diosdado ... según dice El Nacional

Gustavo Méndez

Anónimo dijo...

verga arrechisimo broder!!!

Joaquín Ortega

Anónimo dijo...

Hola, maestro: gracias por ese texto...la verdad es que los libros están
ardiendo hace rato en la hoguera de los que no leen, que representan un
incendio de proporciones gigantescas...los libros son como invisibles,
están ahí ante la ceguera de los que no leen, que quizás los miran de
soslayo como se perciben las piedras...aquellos que de manera física
destruyen libros son bestias prácticas que interpretan al rebaño y
encienden fuegos artificiales para celebrar la fiesta de la oscuridad...tu
amigo y lector: josé pulido

José Pulido

Anónimo dijo...

Por cierto, habrás visto hoy en El Nacional la reseña de los libros que Diosdado Cabello, siendo gobernador, mandó sacar de la biblioteca estadal para convertirlos en pulpa de papel: "El principito", un libro de Hitchcock, etc...
AH

undiadijo dijo...

El diario El Impulso de Barquisimeto informa en su edición de este martes 24 que "más de dos mil ejemplares de libros fueron incinerados en la Biblioteca Pública Riera Aguinagalde en octubre de 2008". Esta biblioteca está en Carora, hasta allí se trasladó Álvaro Gómez, director de la Biblioteca Pública Pío Tamayo de Barquisimeto y de la Red de Bibliotecas del estado Lara, quien elaboró un informe de la situación que entregó al procurador general del estado para que tome las medidas judiciales correspondientes, según informa El impulso en su edición de hoy. Señala la nota que Álvaro Gómez declaró que el encargado de la biblioteca le dijo que "los libros estaban en mal estado y llenos de polilla"...


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