lunes, 20 de octubre de 2008

NIGHT CLUB’S LADY / Alberto Rodríguez Barrera


Algo pasa con las cantantes que se desgarran con unas voces que hacen papilla de los sentimientos, tanto de ellas como de los demás. Generalmente es algo que pasa antes y que queda guindando ahí en todo después. Y a veces una canción se vuelve una marca registrada que dice todo lo que no se dice. "Strange Fruit" fue el caso con Billie Holiday. El fruto extraño es un poema referido a los negros colgando en los árboles, pero la negra fabulosa del jazz y el blues elevaba aún más la poesía, aunque su vida no fue poesía.

Su bisabuela murió dormida y tuvieron que romperle el brazo para liberar a la niña Billie que ahí despertaba. A los 10 años, un juez la condenó a un reformatorio: su crimen fue ser violada de manera "sangrienta y violenta" por un vecino cincuentón;
dos años después, tras dejarse violar voluntariamente por músico amigo de su abuela, comenzó a hacer mandados en una casa de putas, donde escuchó sus primeros discos de jazz. Como prostituta adolescente prefería a los clientes blancos porque los negros se demoraban mucho. La encarcelaron por prostituirse y en la cárcel hizo el papel de pasiva con las lesbianas.

En su primer trabajo como cantante rechazó recoger las propinas de la mesa de la forma usual -utilizando sus labios vaginales- y las demás chicas comenzaron a llamarla "Lady". No usaba ropa interior en escena y a quienes pitaban los rechazaba mostrándoles la opinión de su trasero. Pero la Lady cantaba con una pasión real, una pasión violenta que encontraba inspiración en los hombres recios, grandes y lindos amantes músicos, cuyos recuerdos la hacían salir a escena con los ojos morados y el cuerpo con hematomas. No podía resistir y buscaba a los hombres de mal carácter, quienes además se la chuleaban a sabiendas de que era fácil, más allá del gusto por los golpes.
El mejor amigo que tuvo, el saxofonista Lester Young, jamás tuvo relaciones sexuales con ella, pese a los años de gira y nightclubs, pero encajaba perfectamente con los estados de ánimo de Billie, logrando que las grabaciones que hicieron juntos sean las más finas. Lester fue quien primero la llamó "Lady Day", demostrando que en la música llegó a tocar más a Billie que lo que pudo cualquier otro hombre. Lady Day conoció en 1941 a su futuro marido, Jimmy Monroe, quien "fumaba una cosa rara". Cuando el matrimonio fue palo abajo, ella creyó que unirse a Jimmy en la fumadera de opio restauraría la magia perdida, pero antes de los 30 años se separó y comenzó a vivir con el trompetista Joe Guy, de 25. Fue un menage-a-trois: Joe, Billie y la heroína.


La policía y las giras los separaron, y el próximo amante, John Levy, fue también desastroso; le dio trabajo en su nightclub cuando nadie lo hacía, le compró ropa bonita, le regaló joyas, y se adueñó de sus finanzas: $3.500 semanales.Con ella rogando por alguna limosna, John la abandonó. Y el año de 1956 le trajo un segundo matrimonio, con Louis McKay, dueño de otro nightclub y también su manager. Ella se dedicó mucho a él, pero se divorciaron en 1958.


Y después de una trágica vida de adicción a la heroína, acoso policial y pasantías en la cárcel, murió el 17 de julio de 1959, a los 44 años. Moribunda e inconsciente en un hospital, la policía intentó esposarla acusándola de consumir heroína mientras agonizaba. Pero Lady Day, la extraña fruta, que además engalanó también la pantalla grande, fue una luz resplandeciente que deslumbró junto a las grandes estrellas del jazz, como Benny Goodman, Artie Shaw y Count Basie, entre otros.


Billie Holiday


Música en: www.lastfm.es/music/Billie+Holiday


Sitio oficial: www.billie-holiday.net/

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