miércoles, 17 de octubre de 2007

DESPUES DE MUCHOS TRAGOS / Carlos Zerpa

Después de muchos tragos, después de muchos unos tragos de más, nos dispusimos a regresar a casa, con los ojos chinos de sueño... por mi parte, yo tenía mucho porque celebrar… Novia nueva y cumpleaños, todo a la vez… es que después de tomar tanta vodka uno piensa que no ha bebido nada... el circulo se cierra y es tanta la intoxicación etílica que pareciera que uno no ha tomado nada

Ebrios, borrachos, todos, entonces decidimos al unísono regresar a casa, todos menos Julio Iribarren, quien decía que la única manera de regresar, de que se fuera, era si llevaba consigo el trago del estribo, se sirvió entonces en un vaso de plástico “el rútero” y así fue como con el vaso en mano que se subió al carro a duras penas, después de discutir con él por casi una hora. Convenciéndolo de que no podía manejar en ese estado de embriaguez, al fin cedió en darle las llaves del automóvil a Santiago Espinosa de los Monteros, pero en verdad era la misma vaina, todos estábamos igual que él, igual de borrachos, La Urraca, santiago, Julio, Alexis Mújica, Víctor… Era una inconsciencia manejar así, ninguno debía manejar, debimos llamar a un taxi, pero no lo hicimos.

Luego tomó el volante Víctor y comenzó con la pendejada de manejar todo el trayecto hasta la casa en retroceso, así como lo oyen “Víctor Cadet, manejó todo el trayecto hasta la casa en retrocesooooo” puso reversa e hicimos el viaje con el auto hacia atrás, así lo hicimos para sorpresa de todos, entre sustos y risas.

La idea mía para cerrar con “broche de oro”, (craso error) fue invitarlos a mi casa para escuchar un disco de José Feliciano en donde cantaba esa estupenda canción de despecho: “Toma este puñal, ábreme las venas, quiero desangrarme hasta que me muera, no quiero la vida si he de verte apenas, pues sin tu cariño no vale la pena...” y nos fuimos a mi casa a tomar un par de vodkas que en verdad fueron otra botella y media y a escuchar a Feliciano y después mucho rock and roll de los años 60s...

El resultado ya lo ves… esta mañana, la sala estaba llena de borrachos dormidos en los muebles y tirados en el suelo y mi mujer más arrecha, más caliente que plancha de chino... cosas de palos me decía Julio.

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