(Chismes de Barra, I) Se divorció Milagros, y las razones que ha venido dando nos parecen singulares. Después de casi ocho años ha pasado a las filas, como ella misma dice, de las “mejor solas que mal acompañadas”. Y todo porque el balcón, el cuarto de servicio, el baño auxiliar, el cuartico de la televisión y más recientemente la sala principal, se han estado llenando de aparatos.
Se trata, nos explica en la perfumada barra del Aprile, de todo un arsenal de instrumentos de gimnasia: inmensas estructuras metálicas diseñadas para exprimir el sudor del cuerpo, varias caminadoras estáticas, bicicletas igualmente inmóviles, decenas de mancuernas, banco de pesas y sus varios juegos de barras, remeras para los brazos y las piernas. ¡!Se antoja, este muchacho, de toda esa ferretería que anuncia la televisión en propagandas larguísimas!!.
En estos días, dice, exasperada, llegaron a la casa dos inmensas pirámides llenas de palancas de acero, guayas y poleas. Pero además compró una silla turca, dos sillas para los abdominales, reductores de manteca, estructuras extrañas, de hierro forjado, unas para reducir las nalgas, y otras para abultar los pectorales o para engrosar el cuello. Tres en uno, hierros, hierros y más hierros. ¡!Este muchacho compra todos lo hierros de “llame ya” que anuncian en TV!!. (Continuará)
(Chismes de Barra, I) Se divorció Milagros, y las razones que ha venido dando nos parecen singulares. Después de casi ocho años ha pasado a las filas, como ella misma dice, de las “mejor solas que mal acompañadas”. Y todo porque el balcón, el cuarto de servicio, el baño auxiliar, el cuartico de la televisión y más recientemente la sala principal, se han estado llenando de aparatos. 
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