miércoles, 12 de septiembre de 2007

LA VIDA EN COSMETICA/ Pablo Antillano

( VIENE: Chismes de barra, y FINAL) Pero esto no era suficiente. Un día, en venganza, confiada de las canas y las grasitas nuevas, ella le interrumpió el relato de un sueño que le espantaba el sosiego y le dijo, con despecho: “¡ ¿no crees que estás un poco viejo para la gracia y, además, no te soñabas un poco gordo?!” . Las semanas que siguieron fueron de lifting y liposucción, lunch peeling, colágeno y dietas, muchas dietas, keratina, antioxidantes y glicólico. Comenzaron a llegar los aparatos contrareembolso y la pasión por el ¡!Llame ya!!.

El marido de Milagros se operó el cuello, se estiró los cachetes, se inyectó los párpados. Se enchufa a Abtronic, para tonificar sin sudar. Usa diariamente un cinturón de vibromasaje contra la barriga y la celulitis, Posee, para esos efectos, cinturón con cables, cinturón sin cables. Se unta Ervamatin contra la calvicie. Usa exfoliantes en el rostro o lociones Shiseido. Cuando no se pinta el pelo con Igotin se pone brillantes las canas con Fancifull, o con Shimer Lights. Se humedece el cabello con Proteline, se hidrata la cara con Hidro Urgency de Helena Rubistein, con Antiarrugas de Nivea, se embadurna el cuerpo con emulsiones, leches humectantes y lociones. Y sobre todo, dos cosas: compra todos los aparatos de la cosmética televisiva y se clava dos pepas de “Relax&Sleep” todas las noches, para seguir soñando.

De tal manera, pues, que mientras el marido sigue esperando que le den un papel de galán en su canal y sueña impenitentemente con panteras, con baños escolares, con fétidas planicies, confesionarios sanitarios, desayunos nocturnos, bacanales, exploraciones aéreas sobre deltas salvajes, Milagros reúne su aquelarre y desata sus propios nudos en el Aprile, en las tabernas y en “ El maní es así”. La noche que nos contó su historia, concluyó victoriosa: “Que va mijo. Para bella, yo. ¡!Llame ya!!.” (FIN)

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