sábado, 15 de septiembre de 2007

AMORES DE BAR O EL BAR DE MIS AMORES / Toby (José Alvarado)

( VIENE :Crónicas bohemias de Caracas, desde Miami y V, FINAL) Los levantes de bares son maravillosos. Desde la barra, uno voltea hacia la puerta por instinto apenas sientes su rechinar; a las damas se les sigue con la mirada desde sus pies hasta detenerse en sus ojos. La centella puede ser instantánea o simplemente una decepción, si hay raport, empieza un juego de seducción maravilloso, donde los amigos, mesoneros o barmen pueden jugar un magnifico papel a favor. Cualquier solicitud de la dama, como encenderle el cigarrillo o recomendarle algún plato de la casa, será satisfecha de inmediato. Pero lo máximo es cuando ya tú has logrado su atención y estás a punto de decirle “ríndete que estas rodeada”, y hace su entrada Florindo, con su paquete de flores detalladas, y con su complicidad de siempre nos dice: “Poeta, a este hermoso momento le hace falta un detalle”, y uno no puede hacer otra cosa que pagarle y agradecerle su sentido de la oportunidad.

Lo que no es recomendable, según lo que me cuentan, es casarse con este tipo de levante porque después viven reclamándote tus preferencias etílicas y las junticas, como si las hubieras conocido en una biblioteca.

Hay un cuento maravilloso de un poeta que se levantó a una señora en una barra y acordaron seguir la rochelita en la casa de la dama. La noche fue realmente apoteósica y el hombre hasta empezó a ver el apartamento como solución habitacional. Después del baño matutino ella le presta un albornoz de paño. Peinándose frente al espejo, se dio cuenta que del lado izquierdo de la bata había un escudo que pensó era de algún hotel, y extendiéndolo pudo leer con claridad: "El honor es su divisa"; el desayuno se le quedó frío a la señora del G.N.: los placeres también tienen sus riesgos.

Y dígame el cuento de los dos poetas que se levantan a dos muchachas que venían del interior a presentar un examen de libre escolaridad de sexto grado, aquí en la ciudad capital, y aterrizaron sedientas por una cervecitas, con sus ataditos de ropa, en la barra donde estos dos galanes tenían su coto de caza. Las damiselas cedieron a sus insinuaciones y terminaron en el apartamento de uno de ellos, quienes al día siguiente consiguieron una nota pegada en la nevera que decía “tuvimos que salir muy temprano a presentar el examen, les dejamos unas arepitas listas para hornear y unas caraoticas sofritas de lata que conseguimos en la nevera; por cierto, no compren más esa marca “Beluga”, son muy chiquitas y saladas, gracias por todo”. Como verán, tampoco es que es muy fácil la vida bohemia.

Desde un lugar en la barra

Seguiremos disfrutando de esta despreocupada sabrosura desde un lugar en la barra, donde todo pasa y nada queda. Por cierto, sírveme otro que estoy seco.

Y para terminar: hay una máxima del difunto Marcelino Madriz, que recomienda romper los baucheres después de cancelar la cuenta, porque un borracho no puede amanecer con la conciencia en el bolsillo. ¡Salud! ( FIN)

Los sitios de Toby:

Fundación Yara http://fundacionyara.spaces.live.com/personalspace.aspx?_c02_owner=1 Cibertobyopina http://cibertobyopina.spaces.live.com/PersonalSpace.aspx?_c02_owner=1

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