sábado, 15 de septiembre de 2007

AMENAZA PUBLICA / Oscar Hernánez Bernalette

Ya esta historia de las versiones impresas y virtual de Código de Barra me está fastidiando y preocupando por los peligros eminentes que de ellas se desprende. Estoy alerta con estas publicaciones, no por las mismas razones que Gustavo Méndez según deja entender en Debates Tabernarios. Por cierto, un tanto indelicado eso de ¡¡ESE CODIGO ES MAS FASTIDIOSO QUE UNA BARRA MUSULMANA!! . Por el contrario, me encantan las barras multipolares, por lo variado de las bebidas y sabores, los temas que se hablan, las historias, los cuentos, los embustes y cuanta cosa le pasa a uno por la cabeza que solo con los pies guindando desde un banco a la gente se le ocurre comentar. Por cierto, querido Gustavo, estamos de acuerdo que también de la política se debe hablar. Por ejemplo, no es lo mismo hablar de política desde una mesa que desde una barra. Usted puede estar en el mismo Bar a la misma hora y lo que conversa en la barra es distinto a lo que diría en la mesa. Las mesas producen una suerte de cohibición y una tendencia a la formalidad que no le da la barra. No es lo mismo hablar mal de los políticos desde la barra que sentado en la mesa. Es distinto ver a un mesero de abajo hacia arriba para pedir un trago que hacerlo de frente, al mismo nivel, sin complejos, de igual a igual, como se hace desde el otro lado de la barra.

Vuelvo a mi afirmación inicial. Este Código de barra virtual es tan bueno que se transforma en una amenaza pública y deberían prohibirlo. No me salgan con el tema de la libertad de expresión y el derecho de Pablo y Gustavo de hacer sus páginas tanto virtuales y de papel. Que tal nuestro derecho a no ser incitados permanentemente a buscar una barra.El derecho humano a no buscar tentaciones. A no descuadrar el presupuesto familiar y en fin, arriesgarse a seguir tertuliando, meterse en unas discusiones de esas que le gustan a Gustavo y lo peor, es terminar perdiendo una tarde o un amigo, cuando menos.

El que crea que esta disyuntiva se compone sacándome de la lista de correo o que simplemente que no abra la página está equivocado, esa no es la solución. El tema es evitar que a los lectores los arrastren las tentaciones. Deberían los editores incluir una advertencia que indique cuando uno termina de gozar esos artículos o ver esas fotos envidiables de felicidad recogidas en cuanta barra hay en Caracas y hasta en el mundo según veo, algo así como, estas páginas: ¡no son aptas para principiantes! o ¡el exceso de barra es malo para su salud!, para su bolsillo, o para su hígado, o también es malo para la circulación de la sangre pues según estudios médicos es dañino sentarse en las sillas de la barra .En fin, no sé, Pablo sabrá que poner en la advertencia……….

Pensándolo bien, seguramente el exceso de barra para lo único que es bueno es para SU ALMA………ni te atrevas Pablo a sacarme de la lista de ciberbarsianos.

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