jueves, 9 de agosto de 2007

DEL VIÑEDO A LA MESA/ Bodegas Pomar

Elaboración del vino blanco en Venezuela.


Bodegas Pomar posee los viñedos más grandes del país con una extensión de 90 hectáreas, ubicadas en Altagracia, estado Lara. Allí se elaboran vinos de alta calidad a través de técnicas en donde se conjuga lo moderno y lo tradicional. Son varios los factores que se toman en cuenta a la hora de la fabricación del vino, a saber: Las condiciones climáticas, el aspecto sanitario en cuanto a la materia prima y los tipos de vinos a elaborar. En lo que al vino blanco se refiere lo primero en cuanto a su elaboración, tiene que ver con el transporte del fruto que va desde los viñedos hasta la bodega. El mismo llega a la bodega en cestas plásticas para respetar la integridad de los granos y asegurar así una mayor calidad del producto. Al ser descargadas sobre la cinta transportadora se realiza una selección manual de las uvas antes de ser conducidas a la prensa.

Durante el proceso del prensado, el mosto obtenido se va almacenando dentro de unos tanques llamados buffer, previo enfriamiento mediante el intercambiador de calor. Luego dicho mosto es clarificado por medios físicos antes de ser colocado en fermentación, la cual se realiza utilizando levaduras secas, deshidratadas y seleccionadas, importadas de Francia, específicas para el tipo de vino a elaborar; Reserva Blanco y los varietales, los Espumosos, el Viña Altagracia Blanco o el Frizzante y de Consagrar. Estas levaduras son reactivadas y posteriormente inoculadas al mosto a fermentar, proceso que se lleva a cabo a una temperatura cercana a los 16 grados centígrados y presenta una duración de aproximadamente una semana. Luego de finalizada la fermentación alcohólica, el vino recién elaborado es clarificado por trasiegos y centrifugación y enviado a tanques para su posterior tratamiento y filtraciones.

Tratamiento de vinos

recién elaborados

Estos en caso de ser necesario se realizan principalmente a base de colas orgánicas, las cuales son en su mayoría proteínas tales como gelatina y caseína, que sirven para eliminar ciertas impurezas presentes en los vinos nuevos. Luego de tratados, estos vinos son trasegados para eliminar lías, es decir, las impurezas formadas por levaduras en estado de vida latente, tártaros y materias residuales de la vendimia que se depositan en el fondo de las barricas, para finalmente ser filtrados.

Filtración

Este proceso se lleva a cabo utilizando tierra de diatomea que se asemeja a pequeños corales microscópicos. Así se realizan dos clases de filtraciones, la media y la fina. La primera se lleva a cabo sobre vinos recién encolados luego de haber sido trasegados. La segunda, es decir, la fina, ocurre después de la estabilización en frío y justo antes de pasar a la sala de embotellado. Este proceso de estabilización en frío consiste en someter a los vinos recién elaborados a baja temperatura en forma gradual, para de esta manera precipitar la fracción de ácido tartárico inestable y asegurar la limpidez futura del vino.

Embotellado

Luego de que el vino ha pasado por todos los procesos descritos es enviado por intermedio del panel de distribución hacia la sala de embotellamiento. Posteriormente a la limpieza, desinfección y esterilización de la línea de llenado, se procede a prefiltrar el vino sobre placas semiesterilizantes, para luego hacerlo pasar a través de un filtro de membranas de 0,45 micras, lo que equivale a la milésima parte de un milímetro, con lo cual se asegura la ausencia total de microorganismos dentro del producto. Es después de este proceso que el vino pasa a la llenadora. Para este momento, las botellas ya han sido previamente esterilizadas. Finalmente las mismas son encorchadas, encapsuladas, etiquetadas, colocada en sus cajas y enviadas a reposo en el almacén por un lapso comprendido entre uno y dos meses.

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