lunes, 13 de agosto de 2007

DE LA BARRA A LA ALCALDIA/ Oscar Hernández Bernalette


Se hizo famoso con un poster que le dio la vuelta al mundo con el título, “Expose yourself to art”. Se le mostro en cueros a una estatua Kvinneakt (mujer desnuda en Noruego) que por años se le exhibía impávida mientras le pasaba al frente en su recorrido por el centro de Portland hacia su taberna. La idea inicial de la fotografía era recoger fondos para contribuir a la lucha contra enfermedades venéreas en la localidad. Las expectativas fueron rebasadas. De picardía local se convirtió en una imagen global.

Conocí a Bud Clark cuando ejercí funciones como Cónsul en Portland, Oregón. Por cierto fui el último representante consular de Venezuela en la ciudad de las rosas. Entre mis tareas, además de cubrir las relaciones con varios estados del noroeste que incluía a Alaska y ayudar a los becarios de la Fundación Mariscal Ayacucho regados en varias Universidades, tenía entre otras, colocar una placa conmemorativa del pueblo de Venezuela al de los Estados Unidos en una de las cumbres más alta de la costa Oeste de ese país, “mount bolívar”. No fue fácil la logística y la hazaña de llegar aunque al final gratificante y esa es otra historia para contar, pues la cima no tiene el nombre en honor a nuestro Simón Bolívar sino a un cartógrafo llamado “Simón Bolívar McCarthy” quien fue el primero en coronarla.

Lo cierto es que como representante de Venezuela tenía la obligación de conocer al Alcalde, principal autoridad de la ciudad. Mejor sorpresa no podía tener. El alcalde de portland era famoso, no por político, sino por ser el dueño de una maravillosa taberna “Goose Hollow” situada en el suroeste de portland y reconocida por ofrecer los mejores “emparedados de Reuben” de todo el planeta. Durante los años ochenta vendió, la mayor cantidad de cerveza Budweiser por pie cuadrado entre todas las barras de los Estados Unidos

Bud había entendido las necesidades y aspiraciones de los habitantes de la ciudad en las tertulias que mantenía desde la barra con sus conciudadanos clientes. Un día se hartó de estar solo entre botellas, no hacer nada por su ciudad y decido lanzarse a Alcalde. Nadie lo tomo en serio, Bud era un hombre de la bohemia, no manejaba sino bicicleta, el mismo medio de transporte que siguió usando mientras ejercía el mas importante cargo de uno de los pueblos más liberales de los Estados Unidos. No se entendía porque quería ser Alcalde y sin embargo lo logro(1985). Fue exitoso y entre extravagancias, como su grito de guerra “whoop, whoop” y buena gerencia, que aprendió desde la barra, dejo huella como uno de los mejores alcaldes la ciudad.

Recuerdo que una vez me dijo que quería recorrer Portland en bicicleta con el cuerpo Diplomático de su ciudad. No sabía el distraído Alcalde que éramos solo dos, el cónsul de Japón y yo. Bud termino su gestión en el año 1992, su barra sigue en pie y prospera. Tenía inscrita en la entrada de su bar una frase que rezaba algo así como; “si la violencia física está en tu naturaleza, o desarrollas tu habilidad verbal, o te vas”. Si algún día regreso a recordar viejos maravillosos tiempos espero sentarme en la misma barra que me acogió en Portland durante el invierno de 1985. Entiendo que con barba blanca y con a sus hijos aun Bud está al frente de tu taberna.

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