martes, 12 de octubre de 2010

KENNEDY: NO SOY EL TIPO DE AMANTE TRÁGICO / Alberto Rodríguez Barrera





Como uno de los más carismáticos líderes norteamericanos, John F. Kennedy fue el más joven y el peimer católico en ser Presidente de Estados Unidos. Después de ser asesinado en Dallas, Texas, al final de su primer período, su presidencia se llamó ”los mil días de Camelot”. Nacido en una familia irlandesa rica, John fue un estudiante con memoria voraz, graduado cum laude en Harvard. Tuvo una espalda débil y adolorida toda su vida, pero rechazó ser un inválido llevando una activa vida deportiva. Después de servir como senador por Massachusetts, derrotó por poco margen a Richard Nixon en la carrera presidencial de 1960. Parte de su atractivo fue su talento para expresar sonoros ideales, como “No preguntes lo que tu país puede hacer por tí, sino lo que puedes hacer tú por tu país.” Kennedy fue un político serio, admitía rápidamente sus errores y asumió responsabilidad total en la Invasión de Bahía de Cochinos. También proyectaba una actitud de “al diablo con todo” ; uno de sus asistentes dijo: “Esta administración va a hacer por el sexo, lo que la última hizo por el golf”.

Conocido por su popularidad con las mujeres, se enorgullecía de ser un atleta sexual. Le confesó al Primer Mnistro británico, Harold McMillan, que sufría de severos dolores de cabeza cunado pasaba mucho tiempo sin mujer. Uno de sus más cercanos amigos del Senado, George Smathers, describió a su colega como “la más activa libido de cualquier hombre que he conocido.” Y en la universidad se metió en problemas
por llevar chicas al dormitorio, cosa prohibida. En su carrera militar se involucró con una periodista danesa que llamaba “Inga Binga”. Fue conocido en sus años de congresista como “el alegre joven soltero”, aunque las chicas decían que era un desencanto en la cama porque mantenía uno ojo puesto en el reloj; Smathers agregó que “en térrminos del tiempo que pasaba con una mujer, era un pésimo amante. Iba más por cantidad que por calidad”. Otros indicaron que disfrutaba más de la caza y la conquista que del acto en sí; le dijo una vez a los reporterios que no terminaba con una chica hasta tenerla de tres maneras”. Tener dos chicas a la vez era su “pasatiempo favorito”, dijo Smathers.



Cuando Kennedy decidió a mitades de sus treinta que necesitba una esposa, se alejó de las voluptuosas tipo modelos que le atraían y escogió a Jacqueline Bouvier, purasangre nerviosa de impecable familia y elegante esposa ideal para un candidato presidencial. Sin embargo, el matrimonio no implicaba monogamia para Kennedy; la carrera presidencial estuvo llena de relaciones sexuales, las cualse él tomaba con una sonrisa, dejando de lado cualquier preocupación. Kennedy rechazaba que cualquier cosa interrumpiera su estilo. Gustaba de bañarse desnudo en la piscina de la Casa Blamca, y más acompañado por bellezas similarmente ataviadas; mujeres entraban y salían cuando Jackie estaba ausente.



Jackie sabía de las infidelidadees de su marido; hasta se reportó que el padre de Kennedy le
ofreció un millón de dólares para que no se divorciara de su hijo puyón en medio de la acampaña presidencial. Ella encontró una vez, según Newsweek, unas pantaletas bajo la almohada y le sugirió que fuera de shopping a ver de quién era porque no eran suyas. Pero ambos, a pesar de las aventuras de Jack, tenían cierta intimidad, y el personal de la Casa Blanca tenía estrictas ordenes de no molestar cuando se retiraban a sus aposentos, mientras los niños tomaban la siesta.


Mientras estuvo vivo, la vida sexual de JKennedy era tabú para la prensa mundial; sólo después de 12 años tras su muerte, en el período post Watergate, comenzaron a aparecer todas las historias carnales del presidente mártir: aspirantes a estrellas, mujeres de sociedad, secretarias, aeromozas, strippers, pintoras...Hubo también el notorio affair con la belleza que fue luego investigada por tener conexiones cercanas con la mafia. Judy Campbell Exner conoció a Kennedy antes de ser presidente y continuó la relación durante los primeros días en la Casa Blanca.


El nombre del joven Presidente fue relacionado con los de muchas estrellas y actríces de Hollywood. Incluyendo a Gene Tierney y Jane Mansfield. Pero su relación más famosa fue con la diosa sensual Marilyn Monroe. La Monroe, quien cantó un sexy feliz cumpleaños en un afocado susurro en la fiesta por el aniversario 45 de Kennedy en el Madison Square Garden, fue subrepticiamente introducida en el avión de Kennedy después de haber comenzado su relación en 1961. Pese a sus prolíficos affairs, Kennedy mantuvo un cierto distanciamiento y rara vez se involucraba emocionalmente con sus mujeres. Como él mismo lo admitió, jamás se perdía en relaciones apasionadas, “No soy el tipo de amante trágico.”

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