Su magro equipaje constaba de pocas maletas, un piano Fender Rhodes y un montón de cajas de madera que contenían cuadros originales, algo que apreciaba muchísimo, y que nunca llegó a desembalar en España. Iba acompañado de un grupo familiar que conformaba la banda de su Onda Nueva.
Sin embargo grabó en Madrid uno de sus más logrados discos; fue en Estudios Audio Film, uno de los mejores de España en la calle Ponzano. Publicado por la CBS Columbia, contenía canciones que hoy son muy importantes en su discografía, entre las que estaban: “Toma lo que te Ofrecí”, que era el título genérico, “De Repente”, “Poco a Poco”, “Coplas a la Polaca”, “De Polo a Polo” y así hasta diez temas. Durante el período de grabación se hizo asiduo de un restaurante de alta calidad que estaba justo frente al estudio, se llamaba Ayamonte; lo frecuentaban los cantantes, músicos, arreglistas y managers que grababan en Audiofilm, y es uno de los lugares donde se notaba lo respetado y conocido que era Aldemaro entre los profesionales de la música.
No era conocido popularmente y las ofertas de trabajo se limitaban a locales pequeños; Aldemaro nunca las aceptó, decía que la Onda Nueva no se presentaba si no era en escenarios de prestigio con el rango que se merecía. Sin embargo, en los estratos culturales e intelectuales españoles gozaba de gran predicamento, así fue como lo llamaron para dar conferencias, por ejemplo en el Instituto de Cultura Hispánica, cuyo presidente entonces era Alfonso de Borbón Dampierre, Duque de Cádiz primo del futuro rey Juan Carlos I y segundo en el escalafón dinástico de la Casa de Borbón. Las charlas de Aldemaro, sentado ante un piano Steinway & Sons, versaron sobre la influencia de la música española en la América colonial, ilustrándolo con fragmentos musicales magistralmente tocados; trató también de los “cantes de ida y vuelta” del cante “jondo”, es decir la música andaluza que llegó al caribe cuando la colonia, y regresó a España pasada por el “swing” antillano que los cantaores y guitarristas flamencos readoptaron con nuevas formas. Entre el público se encontraban el enorme guitarrista flamenco Manolo Sanlúcar, y Pepe el de la Matrona (1887-1980), uno de los más grandes intérpretes de cante jondo de todos los tiempos, verdadera institución del género durante el siglo XX. El gran cantaor rubricó todo lo que Aldemaro expuso allí.
Sus expectativas con los importantes amigos empresarios y músicos españoles, a los que había agasajado en Venezuela en los diversos festivales de Onda Nueva no se dieron, algo que le produjo una enorme decepción. Así que, menos de un año después se trasladó a Londres donde su talento fue mejor apreciado.
* En las fotos ,Pepe el de la Matrona y Manolo Sanlúcar
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