sábado, 19 de abril de 2008

Música de barra / BENDITO LICOR BENDITO/ Ana Black

La barra se inventó para el despecho.

Nadie que esté contento, enamorado, así como flotando en una nube o, en el peor de los mejores casos, en estado anímico vegetativo se va a encerrar a beber por horas en un lugar oscuro y retirado, sentado solo en un taburete incomodísimo, a verle la cara a un señor que lleva décadas cobrando quince y último –¡estará harto, pobrecito!- por servirle tragos a gente que llega agobiada, atormentada y con necesidad de contarle a alguien la razón de sus pesares. Esa necedad la comete sólo un despechado o un borracho consuetudinario amante del deporte por TV. Más nadie. Hasta los irlandeses, precursores del mostrador en los bares (y de los mismos bares) tuvieron la cautela de separar la zona de la diversión de la del despecho. –The hoof! (o sea, ¡la pezuña!)- dijeron y pusieron la barra aquí, y allá, bien lejos, en la pared del frente, la diana, los dardos y la mesita para poner la cerveza. Sufridos allá, emocionalmente apañados aquí.

¿Quién ha visto a alguien lanzando dardos a moco tendido? Nadie. Como tampoco nadie aúpa a su equipo favorito con el corazón partío ¿o sí? Despechado es como mujer embarazada del primer hijo: monotemático. En consecuencia necesita de un público cautivo (que en el caso de las barrigonas, como lo primero que perdemos es el pudor, puede ser cualquiera) y ¿quién es el pobrecito que, por meras razones laborales, está siempre preso tras una barra y para su mayor desgracia con una botella en la mano y una bolsa de papas fritas en la otra? ¡Salve, oh, cantinero! Ya nos ocuparemos de ti en próximas entregas.

Aún así, en todas las barras, sin importar cuántos monitores transmitiendo un juego haya ni cuántas anfitrionas semi vestidas estén promocionando la rifa de una botella de Casillero del diablo, siempre, siempre hay un rincón desocupado, un par de taburetes en los que nadie se sienta y un cenicero que nadie osa ensuciar; es como un reservado -pero abierto- a quien más lo necesite; como un altarcito para el sufrido: la esquina de quien llega a ese lugar umbrío buscando dónde ahogar sus penas y una prudente alma amiga que sepa entender su dolor, o sea: caña y quien lo oiga.

A esos me quiero dedicar, a todos aquellos dolores, tristezas, guayabos, quebrantos, desgarros musculares cardíacos que han inspirado al bolero, la ranchera, el tango, en fin, esa música nacida del despecho y hecha para ser oída abrazados a una barra y aferrados a una botella de…


Licor bendito

Julio Jaramillo

Licor bendito que quitas los pesares

Que alegras corazones y matas el dolor

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Licor, grato licor, eres el dios en mi dolor (Bis)

Cuando estás cerca de mi (Bis)

alegras mi corazón (Bis)

Porque mi vida sin ti (Bis)

ya no la puedo vivir (Bis)

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Licor, grato licor, eres el dios en mi dolor

Te necesito

Cuando me encuentro triste

Eres fiel compañero en mi soledad

Y va en inglés por si acaso el sufrimiento da como para dos idiomas.

Blessed Liquor

Blessed Liquor, who takes my sorrows away,

gives happiness to my heart, and kills my pain,

I need you when I find myself saddened,

You are a faithful companion in my loneliness.

Liquor, oh dear liquor, you are the god of my pain

Liquor, oh dear liquor, you are the god of my pain

Chorus

When you are so close to me (repeat)

You give happiness to my heart (repeat)

Because a life without you (repeat)

I can no longer live (repeat)

I need you I find myself saddended

You are a faithful companion, in my loneliness

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mayoria de las personas, van a las barrasLas barras buscando alegria, buen humor y el refinado arte de la seducción.
Lo de la sufridera tambien es verdad, pero ni mas ni menos, como en cualquier actividad humana.
Toby


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