martes, 18 de marzo de 2008

PERICLES

"La felicidad está en la libertad, y la libertad en el coraje."

Pues amamos la belleza con poco gasto y la sabiduría sin relajación; y utilizamos la riqueza como medio para la acción más que como motivo de jactancia, y no es vergonzoso entre nosotros confesar la pobreza, sino que lo es más el no huirla de hecho.

Por otra parte, nos preocupamos a la vez de los asuntos privados y de los públicos, y gentes de diferentes oficios conocen suficientemente la cosa pública; pues somos los únicos que consideramos no hombre pacifico, sino inútil, al que
nada participa en ella, y además, o nos formamos un juicio propio o al menos estudiamos con exactitud los negocios públicos, no considerando las palabras daño para la acción, sino mayor daño el no enterarse previamente mediante la palabra antes de poner en obra lo que es preciso. Pues tenemos también en alto grado esta peculiaridad: ser los más audaces y reflexionar además sobre lo que emprendemos; mientras que a los otros la ignorancia les da osadía, y la reflexión, demora.

Sería justo, por el contrario, considerar como los de ánimo más esforzado a aquellos que mejor conocen las cosas terribles y las
agradables, y que no por ello rehuyen los peligros. Y en cuanto a nobleza de conducta, diferimos de la mayoría en que no adquirimos amigos recibiendo beneficios, sino haciéndolos.(...) Y somos los únicos que sin poner reparos hacemos beneficios no tanto por cálculo de la conveniencia como por la confianza que da la libertad.

En resumen, afirmo que la ciudad entera es la escuela de Grecia, y creo que cualquier ateniense puede lograr una personalidad completa en los más distintos aspectos y dotada de la mayor flexibilidad, y al mismo tiempo el encanto personal.(...) Fue por una ciudad así por la que murieron éstos, considerando justo, con toda nobleza, que no les fuera arrebatada, y por la que todos los que quedamos es natural que queramos sufrir penalidades.

Por estas razones me he extendido en lo relativo a la ciudad, mostrándoos que no luchamos por una cosa igual nosotros y los que no poseen a su vez nada de esto, y demostrando con pruebas la verdad del elogio de aquellos en cuyo honor hablo ahora.

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