miércoles, 6 de febrero de 2008

UNA BARRA EN GINEBRA SIN AGUAQUINA/ Oscar Hernández Bernalette


Si un 31 de Diciembre usted está en Ginebra a las 6.00 de la tarde en la Rué de la Confederation la modesta versión de la “quinta” en esta “ville Calviniana”, usted puede estar seguro que tendrá problemas para tomarse los últimos tragos del año en una barra. Todo cierra puntualmente a esa hora. A menos que se acerque a “Globus”, en la Place du Molard , la maravillosa tienda por departamentos, la más antigua de la ciudad, que tiene entre miles de artículos para el consumo material, un local para despertar o tranquilizar el espíritu, una barra de aluminio que se convierte en un sitio de exquisiteces en el mejor sentido de la palabra, especialmente en el último día del año cuando en las mentes se nos produce esa rara sensación de que algo se nos va y lo que viene es incertidumbre. Para la mayoría de los ginebrinos pareciera un día mas que termina, poca incertidumbre, lo que significa todo seguirá bien…….

Para aquellos que creen que Ginebra es una ciudad de relojeros martirizándonos con la hora, aburrida, llena de suizos apáticos y burócratas internacionales que poco tiene que ofrecer en lo que se refiere a las pasiones “barsianas,” como diría Fuentes, se equivocan. La ciudad a su manera, con estilo inmutable antes los cambios y el tiempo, es un sitio que sin perder sobriedad tiene para los visitantes en estas épocas el año, sus espacios para compartir entre el frio y la búsqueda de calor humano. Allí retornamos ese último día del 2007, en compañía de los hijos, María Eugenia y la inseparable Nicole , disfrutando en esa barra extendida como un ala de jumbo , en donde luego de compras de lo que deja la navidad viene la parada obligatoria en el “coffewinebar”, con su multifuncional diseño, despidiendo el año con otros también en camino a sus familias y asegurando las energías positivas que se requieren para adentrarnos en nuevos tiempos.

Las fotos que acompañan esta nota es muestra de lo bueno del ambiente que nos embargaba que hasta la cámara veía doble. También se aprecia que no discriminan a los niños, como se aprecia en la fotografía se aseguran de tener “milch” para visitantes como Nicole.

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