lunes, 14 de enero de 2008

LA DEL ESTRIBO/ Raúl Fuentes



24 horas antes de que Pablo Antillano me informara telefónicamente de la muerte de Adriano, había compartido con éste y con Gustavo Méndez un mesa en el Amazonia. Lo acaba de entrevistar el otro Gustavo, Oliveros, para Código de Barra. La entrevista estuvo centrada, me dijeron, en la República del Este. Estaba, pues abonado el terreno (o la mesa) para la evocación. Hablamos de un montón de cosas, menos de Chávez, lo cual ya es bastante. A instancias de Gustavo Méndez nos explicó su particular acepción de la palabra tramojo. Y contamos h nostálgicas historias basadas en bares neoyorkinos. Divagamos sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la literatura y hasta especulamos sobre cómo habría impactado internet a Jorge Luis Borges. En esas estábamos cuando se acercó un mesonero y procedió a encender una corneta colocado justo encima de nuestra mesa, mientras entre disculpas explicaba que había llegado el turno de los músicos. ¡Qué buena vaina!, dijo Adriano y nos retiramos de la mesa hacia la barra. Del aire acondicionado lo afectaba de manera visible. Ordenamos una última copa mientras recordaba fiestas de los años 60 y 70 en las cuales era usual la aparición de los hermanos Todd o los hermanos Reyna, quienes a punta de guitarras imponían silencio para que el anfitrión rogara a los asistentes que no interrumpieran a los artistas, ruego al que Adriano se enfrentaba con este argumento: son ellos (los artistas) quienes nos interrumpen a nosotros. Con este recuerdo ordenamos una última copa. Lejos estaba de imaginar que, para Adriano, era verdaderamente la del estribo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Camino de cascajales

Pablo Mora



Vivo todavía, bajo el granado trigal de la noche insomne, rumorosa de viento alto y de luceros, pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme de bruces, como todos, como Adriano, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.


A la lluvia, al aguacero.
A la laguna —eternidad de ausencia—.
A la luz, la azuleja, la luciérnaga.

A quienes de sombra padecen.
A la sombra que no bebe.
A darle de beber a las botellas.

A levantar la copa por Adriano
Compañero de viaje.
A la primavera que me dice:


Pablo, no hablan nunca de muerte las pomarrosas. Ni los aguaceros de abril cobijan ausencias. En primavera, los jueves tienen sabor a miércoles. Y los cafetales, los limoneros, los inventarios y los insomnios no son otra cosa que rituales en los que la vida borda sus más hermosos designios. Si algún día has de marcharte, se irá tu sombra, no el rayo solar que se posa en el corazón de las rosas. Y los paisajes, lejos de entristecerse, sonreirán para darte la bienvenida al solar de su reino florecido. Lo dice el abril que te pertenece.





1


Cuando la tarde se asome,
cuando la sombra lo estampe,
cuando la ausencia nos queme,
camino de cascajales.

Cuando el camino regrese,
cuando la brisa de tarde
nos devuelva a la vereda,
camino de cascajales.

Cuando los ángeles lleguen,
cuando castiguen los martes,
cuando en asombro suspires,
camino de cascajales.

Cuando se asome la pena,
cuando te inunden los mares,
cuando se inclinen los dioses,
camino de cascajales.

Cuando catorce mañanas
sean sólo sueños, panes,
cuando el vino sólo vaya
camino de cascajales.

Cuando ovejas y pastores
detrás de los olivares
apacienten nuestros sueños,
camino de cascajales.

Cuando amanezcan los gallos,
cuando los celos encanen,
cuando las lunas se vayan
camino de cascajales.

Cuando el lucero se acuerde,
cuando las cosas se callen,
cuando los árboles sueñen,
camino de cascajales.

Cuando las noches envuelvan,
cuando las dudas se aclaren,
cuando la espuma enloquezca,
camino de cascajales.

Cuando fuego, tierra y agua,
cuando el aire se desangre,
cuando venga alguien sudando,
camino de cascajales.

Cuando la noche se ponga,
cuando la pena se agrande,
cuando corran con el pueblo
camino de cascajales.

Cuando la huella se esconda,
cuando la estrella se bañe,
cuando el atajo se cierre
camino de cascajales.

Cuando el cartel se descubra,
cuando nos mientan la madre,
cuando muja la majada
camino de cascajales.

Cuando los lunes aguijan,
cuando las bocas son hambre
y llueve sobre el adobe,
camino de cascajales.

Cuando la lluvia se enterca,
cuando tapa el cielo al padre
y a los hijos moja el alma,
camino de cascajales.

Cuando los barman se quejen,
cuando las flores no canten,
cuando las barras se aturdan,
camino de cascajales.

Cuando se agolpe la noche,
cuando la higuera reclame
con los zapatos del barrio,
camino de cascajales.

Cuando se queden despiertas
las lágrimas de las piedras,
cuando las hienas desfilen
camino de cascajales.

Cuando el suburbio se acerque
con la balada del hambre,
—vanos esfuerzos inútiles,
camino de cascajales—.

Cuando surja la estampida
y se desnude el anafre,
sin nada entre su bolsillo,
camino de cascajales.

Cuando la furia se agriete,
cuando la herida no aguante,
sin permiso ni etiqueta,
camino de cascajales.



2


Parda el hambre se recuesta
en los caños de la sangre
mendiga entre su ladera,
camino de cascajales.

Con su perenne ternura
legados muy militares,
dancings, rocolas, aprestos,
camino de cascajales.

Nos esperan las mañanas,
las manos, las necedades,
las callejas, las escobas,
camino de cascajales.

Pujan sonrisa y sudor
Pedro, Lorenzo, los Juanes,
andaluces y gitanos,
Camino de cascajales.

Callejas, yerbas, linternas,
martillos y soledades
vasijas, desolaciones,
camino de cascajales.

Hembras vestidas de cielo,
niños sin nada, de balde,
los hombres sin alpargatas,
camino de cascajales.

Entre abril y abrilerías
encienden sus nuevos trajes
las linternitas de agua,
camino de cascajales.

En vuelo de mariposas
—andenes como solares—
se orillan las hojas tiernas,
camino de cascajales.

Escanden las pomarrosas
los jardines de los mares,
los luceritos de agua,
camino de cascajales.

Los peces del sol aprestan
el cáliz en sus altares,
muy cercanos a su cielo,
camino de cascajales.




3


Abril delante y atrás
abril en el almanaque
—simples jirones del alma
camino de cascajales—.

Amanecer frente al mar
con lunas entre lunares,
saber que siempre desvives
camino de cascajales.

Dos linajes en la vida:
los brillos frente a los panes.
¿Quién nos podrá convencer
camino de cascajales?

Cascajos salen al paso,
cáscara seca en azares,
vasija inútil de barro,
camino de cascajales.

Trasto, guijo, mueble viejo,
cascajo entre los zaguanes,
escombro, piltrafa, grava,
camino de cascajales.

Camino de los jereces,
de los vinos, de los mates,
de los vasos, de los cardos,
camino de cascajales.

Camino azul de las nieves
—azulejas azafranes,
trochas, solarajes, huellas—
camino de cascajales.

Camino de los recuerdos,
camino, saudades, viajes,
camino de las luciérnagas,
camino de cascajales.

Parral, uva, nuez, castaña,
algazárame, avelláname,
alborózame, conténtame,
camino de cascajales.

Gajito, sol, rama nueva,
gózame, bullaranguéame,
junco, estrella, corza mía,
camino de cascajales.

Insomne sombra de noche,
delirio insomne de arenas,
insomnes hacia la tumba,
camino de cascajales.

Vientos del pueblo me lleven,
vientos del pueblo me asalten,
me esparzan el corazón
camino de cascajales.

Cascajales en el río,
cascajales en los bares,
cascajales en los cielos,
camino de cascajales.

Cascajal entre las árbolas,
Cascajal en los samanes,
Cascajal entre los charcos,
Camino de cascajales.

Cascajal tras cascajal,
cascajal cuando se nace,
cascajal cuando morimos,
camino de cascajales


PABLO MORA
pablumbre@hotmail.com


http://codigodebarra-revista.blogspot.com/2008/01/la-deuda-de-la-barra-con-adrianopablo.html
http://poetas.com/poetas/poetas.shtml?category=14&id=1077427419&keyword=+
http://cid-1e9c5ca443137170.spaces.live.com/Lists/cns!1E9C5CA443137170!608/

Anónimo dijo...

En memoria del compañero de viaje

¿Quién anunció la libertad primero, quién escribió su sueño, su poema, quién su nombre borró de las praderas, quién la muerte cruzó con nuestra sombra, quién le fundió la luz al caminante, quién le robo su vida repentina, quién sabe dónde dormirán los cielos, quién hay que no esté en pie de muerte andando, quién al árbol le quita su mirada, quién del polvo podrá escapar riendo, quién de verdad ha añadido algo al mundo, quién nos cortará el hilo de la muerte, la noche rumorosa de luceros, el amigo que casi nunca vemos?

pablo mora
pablumbre@hotmail.com


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