"Quiero que cuando muera,
con vino se me lave
Y que se rece en nombre del
amor y la copa
El que el Día del juicio
desee dar conmigo,
En el umbral de una taberna
ha de encontrarme"
Omar Khayyam
Después viene el artículo a lo Ludovico Silva: "Adiós al alcohol" y luego de dos semanas de exámenes y tactos inconfesables, convenimos en prometer que si cumplimos religiosamente el horario de comidas y dejamos el café, los refrescos, el cigarro a media máquina, las frituras y la comida chatarra; podremos beber a discreción siempre y cuando no bebamos un vodka con asopao de langostas que nos devolvió a la emergencia de la clínica la semana pasada. De todos modos, no será tan difícil cumplir esas instrucciones porque beber en familia es peor que bailar un bolero con una hermana. (CONTINUARA)
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